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El encuentro del 'jazz' de EE UU con los ritmos cubanos, en 'Documentos TV'

Documentos TV dedica el programa de mañana lunes, Machito: el legado del jazz latino, a la figura más representativa de esa fusión de ritmos cubanos y jazz norteamericano que tuvo su época dorada entre finales de los años cuarenta y dos de los cincuenta, pero cuyo impacto llega hasta la música de hoy. Los ritmos calientes introducidos por Machito, llamado Frank Grill fascinaron a grandes figuras del jazz e influyeron a célebres orquestas blancas. Destacados intérpretes del jazz latino de ayer y de hoy, y actuaciones de músicos y bailarines del Cotton Club, Palladium y Village Gate, en Nueva York, recrean aquella época en este filme, cuya voz primera es la del propio Machito.

Es una época coincide con el auge del bebop, el jazz moderno, frenético y nervioso, que surge, en cierto modo, como reacción contra el comercializado swing y que tiene en el genial saxofonista Charlie Parker (al que muchos ya llamaban Bird) y en Dizzy Gilles pie a dios de sus más inspirados exportentes. Durante estos años, en Harlem, se producen varios intentos de llevar el bop a las grandes orquestas. Por la de Billy Ecksyine, formada en 1944, pasan entre otros Parker, Gillespie, Miles Davis, Art Blakey, Dexter Gordon y Fats Navarro, uno de los primeros improvisadores de jazz sobre ritmos latinos. Con Dizzy Gillespie como director musical de la orquesta, la incorporación del baterista Chano Pozo servirám para introducir los ritmos cubanos en la big band. Dizzy Gillespie estaba profundamente seducido por la música de la banda de Machito y pensaba que Chano Pozo podía aportar algo del caliente ritmo cubano.El jazz latino alcanzó su edad dorada entre finales de los años cuarenta y mediados de los cincuenta. Había otras bandas famosas además de la de Machito, como la del timbalero y arreglista Tito Puente, pero fue Machito el que con más asiduidad grabó y tocó con jazzistas. Por ejemplo, en plena moda del cubop, con el genial Charlie Parker; y también con Brew Moore, Zoot Sims, Stan Getz, Howard McGhee, Herbie Mann y otros. Incluso con grandes orquestas blancas como la de Stan Kenton, que en 1947 hizo popular una versión de El Manicero. Pero sin duda fue Dizzy Gillespie quien más se involucró y el que mejor sirvió a los nuevos ritmos afrocubanos. Dizzy tocó a menudo con la orquesta de Machito, y su nombre ha quedado indisolublemente asociado, junto al propio Machito y Chano Pozo, al brillante despegue del iazz cubano

Hacia finales de los años cincuenta, la música cubana inició un ligero declive que acabó en los setenta, cuando retornó con fuerza en forma de salsa, con elementos de blues y rock. La mezcla de salsa y jazz ha cimentado la fama de Fania Records, que entre sus más conocidas adquisiciones ha tenido a Mongo Santamaría y Ray Barretto, protagonista también de este atractivo filme-homenaje al inolvidable Machito.

Machito: el legado del jazz latino se emite el lunes a las 23.30.

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