Vuelta a la normalidad
La recuperación de la actividad normal no ha sido un gran problema para los mercados de valores, que han continuado inmersos en su propia dinámica. El dinero sigue siendo escaso y selectivo, al tiempo que los problemas pendientes no permiten grandes alegrías a la hora de efectuar apuestas de cara al corto y medio plazo. La reacción de Wall Street tras la publicación del déficit comercial norteamericano fue lo suficientemente fría como para evitar que el dinero se permitiera apuestas concretas. Por otra parte, el amplio seguimiento de la huelga general plantea algunas incógnitas en el terreno político, sobre todo si el Gobierno decide tener en cuenta estos resultados.Los inversores se han encontrado con todos estos factores para tratar de analizar un mercado que intenta terminar el año con una buena imagen. Lasaplicaciones entre carteras institucionales toman en ocasiones el carácter de operaciones puntuales que consiguen, incluso, animar a la barandilla a seguir el juego, como es el caso de algún valor del grupo químico.
Tras una mañana de altibajos constantes, el sector bancario volvía a tener la palabra para decidir el resultado, pero papel y dinero terminaron muy equilibrados y sin aportar soluciones. El cierre fue lo suficientemente confuso como para que los habituales lo tildaran de rio revuelto y no se decidieran a intervenir, al menos en términos generales. La jornada anterior, con un nuevo mínimo del año en contratación, puede ser emulada por ésta en la que, aparentemente, la tranquilidad fue la nota más destacada. También el próximo dato que ha de conocer el mercado, el IPC de noviembre, preocupa a la inversión.
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