La CSCE se cerrará en enero con textos positivos sobre derechos humanos y desarme
La Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) de Viena concluirá, si no lo impide algún conflicto imprevisto, en la primera quincena de enero con un documento altamente satisfactorio en materia de desarme y derechos humanos.
Los ministros de Asuntos Exteriores de los 35 países firmantes, todos los europeos -menos Albania- y Estados Unidos y Canadá, firmarán los compromisos adquiridos en unas largas y duras conversaciones pero en un ambiente general mucho mas positivo que todas las conferencias que siguieron a Helsinki y precedieron a la de Viena.Medios occidentales y neutrales en la conferencia están "enormemente satisfechos" con los avances logrados en materia de derechos humanos, que achacan a la presión propia y a los cambios habidos en la política soviética desde el comienzo de la conferencia, en otoño de 1986.
"Nadie hubiera pensado entonces que íbamos a llegar tan lejos, por ejemplo en lo que se refiere a la libertad religiosa", según un delegado de un país de la OTAN. Aunque no se conocen aún los pormenores a que se comprometen los firmantes en el documento y un foro multilateral como es la CSCE siempre puede quedar bloqueado por una objeción de un solo participante, el cesto de derechos humanos está "muy lleno", según se señala en Viena. El cambio de actitud de la URSS y algunos países del Este ha sido decisivo para que Estados _muy reticentes a firmar garantías para los derechos humanos se avengan finalmente a ellos. Con nuevas medidas verificación del cumplimiento de lo pactado, los mas notorios violadores de los derechos humanos se encontrarán tras la entrada en vigor de este documento con mayores dificultades para ignorar sus compromisos.
En materia de derechos humanos, los Estados del Este han dejado de ser un bloque homogéneo obstruccionista en esta materia. Países como Checoslovaquia, con su política represiva en materia religiosa y la interferencia de emisiones radiofónicas, práctica que ya sólo comparte con Bulgaria, han tenido que defender en solitario estas medidas. Rumanía ha quedado aislada ante los ataques de la inmensa mayoría de los países participantes por su política de represión.
La URSS, que ha suspendido la interferencia a las emisiones de radio occidentales, no parece poner ya como condición la celebración de una Conferencia sobre, Derechos Humanos en Moscú en 1991, y ha liberalizado las medidas de reunificación de familias, emigración y posibilidades de viajes.
Conferencias de seguimiento
Persisten aún ciertas diferencias respecto a las conferencias de seguimiento en diversos campos, como el económico, que se espera puedan quedar resultas antes de final de año. Algunos países occidentales se niegan a celebrar en Praga un foro de cooperación económica si Checoslovaquia no demuestra una política más flexible con su oposición. La conferencia económica de Bonn está, por el contrario, acordada.
Tras más de 26 meses de duras negociaciones, los 35 países firmantes del Acta de Helsinki ultiman los detalles del documento, que se podría firmar antes de que el presidente electo norteamericano, George Bush, asuma el cargo. La propuesta española de una conferencia de seguimiento sobre el Mediterráneo tiene prácticamente segura su aprobación. Por su parte, el embajador soviético ante la CSCE, Yuri Kashlev, insistió en que su país no renuncia a la Conferencia sobre Derechos Humanos en Moscú, si bien en medios diplomáticos en Viena se considera que ni Occidente con sus reservas ni la URSS con su insistencia están dispuestos a retrasar la conclusión de la actual reunión.
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