La insensibilidad social del Gobierno
Señor Claudín: en su artículo Una dinámica peligrosa (EL PAÍS, 23 de noviembre) sostiene que los hechos respaldan "sólidamente" que la política del actual Gobierno "es la más apropiada a la situación española y la más favorable para la mayoría de nuestra sociedad, incluidos los sectores más desfavoricidos", y que hay que defender "los intereses generales" de la sociedad frente a los "intereses clasistas o sectoriales" representados por los sindicatos de la clase obrera. O sea, que ahora resulta que existen en la sociedad unos intereses generales, los pretendidamente defendidos por el Gobierno ¿socialista?, razón por la cual éste no ha de optar necesariamente entre los intereses conflictivos, y en muchas ocasiones contradictorios, que caracterizan toda organización social. Mucho me temo que toda esa fraseología basada en imprecisos intereses generales, tan del gusto de los falangistas de preguerra, tiene como función enmascarar la amarga realidad: la política económica del Gobierno presidido por Felipe González está "al servicio de los grandes capitalistas", tal y como ha manifestado el diputado de la Cámara legislativa gallega don Francisco González Amadiós al explicar las causas por las que ha puesto fin a sus 16 años de militancia en el PSOE.
Por favor, señor Claudín, es usted muy libre de opinar como quiera, pero, por lo menos, sea coherente: pida la elinúnación de la O de obrero de las siglas del PSOE. Se quedaría en Partido Socialista Español, y si no le gusta esta denominación le propongo otra quizá más adecuada: MN (Movinúento Nacional). Al fin y al cabo, Felipe González, tal vez guiado por el tono catastrofista de artículos como el suyo, parece dispuesto a adoptar una actitud caudillista para frenar la conjura comunista que se esconde tras el paro del día 14.-
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