El artista sosegado

Muchos profesionales del espectáculo se pasan la vida intentando averiguar qué es lo que quiere el público para ofrecérselo en bandeja. Sin embargo, el público lo que realmente desea es toparse con un artista capaz de transmitir otras dimensiones de la belleza y de la vida. Franco Battiato es un artista y además un meticuloso profesional.Los dos conciertos de Madrid forman parte de una pequeña gira europea para presentar en directo su último disco, Fisiognomica. El cantante y compositor siciliano aprovecha para hacer un recorrido por toda su producción e Interpreta los temas más conocidos de anteriores trabajos, como L'era del cinghiale bianco, La voce del padrone, Ecos de danzas sufi o Nómadas. Con un sonido cercano a la perfección y un soberbio acompañamiento orquestal, el siciliano consigue inundar el teatro de sosiego y belleza durante casi dos horas y media.

Aparece en escena con austera vestimenta y sandalias franciscanas. Desde el primer tema deja patente su declaración de principios: "El cuerpo vive justamente sólo esta vida". Tan lacónica constatación es el fundamento de su universo ético y estético, porque en Battiato la ética y la estética son una misma cosa.

Lírico

Apasionado por el género lírico, Battiato da a lo largo de su concierto muchos guiños del bel canto. En la gira cuenta con la colaboración de la soprano Donatella Saccardi para la canción L'oceano di silenzio. Para los conciertos de Madrid se ha traído también a la cantante lírica Giuni Russo, una artista con look neopunky y extraordinaria voz que interpreta arias y romanzas de Bellini, Donizetti y Verdi.El público quedó arrebatado por este prestidigitador de sensaciones que limita al máximo parlamentos inocuos entre canción y canción. Las reiteradas ovaciones le obligaron a realizar unos bises que podían haber sido otro concierto. El único pero consistió en ceder demasiado a la voracidad del respetable.