Dos cosas distintas

Como creyente y ciudadana de un país constitucionalmente la¡co, me resulta increíble que seamos incapaces de separar dos cosas tan distintas como un descanso laboral y una festividad religiosa. Veamos:

1. El 8 de diciembre celebra la Iglesia la fiesta de la Inmaculada. Concepción que, en España (subrayo, en España), es tradicionalmente fiesta de precepto para los católicos.

2. El Gobierno, en uso de sus facultades, establece un calendario laboral, trasladando el descanso laboral del día 8 al día 5 por razones económicas evidentes.

3. En lugar de aceptar el hecho como normal se tocan a rebato las campanas llamando a santa cruzada. La Iglesia presiona, los empresarios apoyan con argumentos tan peregrinos como que ellos son católicos...

4. Y el Gobierno, nuestro inefable Gobierno, tan inflexible cuando trata con trabajadores o jubilados, cede a las presiones sin importarle nada ni la sacrosanta macroeconomía ni el mucho menos sacrosanto puente para todos. (¿Será que sólo disfrutan con el puente cuando lo tienen unos pocos?)

Permítame unas reflexiones:

¿Tan poco se fían de su pueblo fiel, señores obispos, que necesitan ponerle en bandeja el cumplimiento del precepto? Hace muchos años que conozco católicos de otros países que nunca han tenido problemas para hacer compatibles su fe y su trabajo. Y, por favor, señores del Gobierno y señores empresarios, no pierdan el tiempo intentando convencer al país de que la economía (la econo-suya) se hunde si hay huelga general el día 14. No parece creíble que algo que no tiene importancia el día 8 pueda ser decisivo una semana más tarde.-