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Las aseguradoras deciden hoy la respuesta que darán a Hacienda sobre las pólizas de prima única

Las compañías aseguradoras deciden hoy, en una reunión de los órganos directivos de su patronal, la respuesta que darán al Ministerio de Hacienda respecto a la información exigida sobre pólizas de prima única. Las empresas controladas por bancos quieren seguir recurriendo hasta el Tribunal Constitucional, en un intento de volver a plantear la naturaleza del secreto bancario. El presidente de Unespa, Félix Mansilla, informará a continuación al secretario de Estado de Hacienda, José Borrell, de la decisión adoptada.

La reciente resolución del Tribunal Económico Administrativo Central obligando a las compañías aseguradoras a entregar la información solicitada por Hacienda sobre pólizas de seguro de prima única (EL PAÍS, 30 de noviembre) ha vuelto a poner en marcha a las empresas y a la Administración en la lucha contra el dinero negro y las intenciones del sector de defender el secreto bancario.Los primeros movimientos de las empresas del seguro han tenido dos enfoques distintos. Por un lado, Félix Mansilla mantenía una primera reunión exploratoria con José Borrell, la semana pasada, para intentar -sin éxito, al insistir el secretario de Estado en la obligación de entregar toda la información solicitada-. Y, por otro, la compañía afectada por la resolución del TEAC, la Unión y el Fénix, recurrió ante la Audiencia Nacional, solicitando la suspensión de su ejecución.

Dos tendencias

Estas dos posturas -la conciliadora, de la patronal, y la más combativa de algunas empresas- se pusieron de manifiesto en la reunión de la junta directiva de Unespa, la semana pasada, que terminó sin acuerdo. La patronal se limitó a dar un comunicado en el que se mencionaba la obligación de las aseguradoras de mantener el derecho a la intimidad de sus cliente y se acusaba a las cajas de ahorro de haber emitido pólizas de prima única en cantidades muy superiores a las compañías de seguros y no haber recibido ninguna presión oficial para que entreguen las listas.

Las empresas que defienden una postura más combativa son precisamente las controladas por los grandes grupos bancarios. Esas compañías están dispuestas a no facilitar la información solicitada por Hacienda y seguir recurriendo hasta que el Tribunal Constitucional se pronuncie al respecto.

Esta actitud se explica en círculos oficiales como segundo intento de las entidades financieras por dar la batalla en favor del secreto bancario. El primer enfrentamiento entre Hacienda y la Banca se saldó con la victoria de los primeros, al dictar el Tribunal Constitucional una sentencia defendiendo los postulados de la Inspección sobre la información que debían entregar bancos y cajas.

Se da además la circunstancia de que son precisamente las aseguradoras dependientes de los bancos las que entraron con más fuerza en el mercado de las pólizas de prima única. En 1987 el grupo Euroseguros, por entonces del Banco de Bilbao y ahora del Bilbao Vizcaya, saltó por encima de todas las empresas del sector en el ranking, al multiplicar por cinco su volumen de negocio gracias a las primas únicas. El segundo puesto de la clasificación de empresas del seguro lo ocupa la Unión y el Fénix, de Banesto, y el tercero Seguros La Estrella, del Banco Hispano Americano. El Banco Central, con el Grupo Vitalicio, ocupa también uno de los puestos de liderazgo del sector.

En contraposición con esta postura más beligerante, algunas de las compañías independientes junto a las extranjeras y las del sector público, defienden una solución negociada. El propio Mansilla es partidario de ofrecer a Borrell alternativas que permitan avanzar en la lucha contra el fraude fiscal, pero que, laven la cara a las aseguradoras frente a sus clientes.

La primera propuesta realizada por el presidente de Unespa al secretario de Estado de Hacienda no tuvo éxito, ya que consistía en que las empresas se comprometían a ofrecer una información detallada de las nuevas operaciones de pólizas de primas únicas junto con los datos puntuales que solicite la Inspección de ciertos contribuyentes. Borrell insistió en recibir las listas completas de contribuyentes que hubieran suscrito este tipo de pólizas.

Semana decisiva

Así las cosas, esta semana se presenta decisiva para la evolución de este conflicto entre Hacienda y las aseguradoras. Según fuentes del sector, la línea dura cuenta con más apoyos que la moderada, aunque parece dificil que se pueda llegar a un acuerdo entre las propias empresas del seguro sobre una respuesta unánime del sector.

No se descarta, por tanto, que un buen número de compañías, que en su día recurrieron ante el Tribunal Económico Administrativo Central, decida presentar recurso contencioso-administrativo ante la Audiencia Nacional, a título individual, mientras que otras vayan facilitando la información a Hacienda. De hecho, algunas empresas dependientes del sector público -controladas por el INI o el Banco Exterior- ya entregaron en su día las listas de clientes de pólizas de seguro de prima única a la Administración.

Alternativas para el 'dínero negro'

Han pasado casi dos años desde que las compañías de seguros y las cajas de ahorros se inventaron el sistema de pólizas de seguro con prima única, y el Ministerio de Hacienda no ha conseguido controlar esos fondos. La lucha con el dinero negro ha ido acorralando los diversos activos creados por las entidades financieras, pero éstas han lanzado, una y otra vez, inversiones alternativas para dirigir esos fondos que escapan al control del fisco. La propia Administración ha creado sus propias emisiones con opacidad fiscal.En el caso de las compañías aseguradoras, las pólizas de seguro de prima única fue un auténtico hallazgo para invertir el dinero negro. Se trata de seguros de vida en los que el inversor paga la prima de una sola vez. Y en la mayoría de los casos, en efectivo. Este modelo de inversión carece de retención fiscal y goza además de una deducción -para el que lo declara- del 10% en la cuota, y la posibilidad de utilizar los rendimientos como índices correctores de la inflación. Un sistema sofisticado, contra el que Hacienda está teniendo serios problemas para luchar.

La ofensiva de la Inspección contra las pólizas de prima única lleva meses sin tener el éxito esperado. La solicitud de Hacienda a las empresas de seguros para que remitieran la lista de inversores con más de medio millón de pesetas en estos activos se encontró con el recurso como respuesta y la negativa como práctica habitual. Hacienda respondió con inspecciones a varias compañías, sin que tuvieran el efecto deseado, ya que tan sólo consiguieron algunas multas y una treintena de procesos a algunos contribuyentes a los que pillaron.

Esos procesos no alcanzan, sin embargo, más que a una minoría de los miles de contribuyentes que optaron por este sistema de opacidad fiscal en los últimos años. Aunque no hay datos precisos, se calcula que la defraudación fiscal por este concepto se sitúa entre el medio billón y el billón de pesetas. Y la Inspección Tributaria está atada de pies y manos hasta que no consiga las listas completas de estas pólizas. Algo, que no obtendrá hasta que los tribunales hagan firmes sus sentencias y las aseguradoras no tengan más remedio que cumplir el mandato judicial correspondiente.

Mientras los tribunales deciden si actuar o no contra estas inversiones -parece que apoyarán a Hacienda hasta el final-, las empresas de seguros han descubierto ya otros sistemas, que llevan algunos meses comercializando sin excesiva publicicidad. Se trata de los seguros de vida al portador, que se pueden suscribir en ciertas compañías, siguiendo el modelo de algunas emisiones públicas. Un nuevo sistema contra el que Hacienda todavía no se ha decidido a actuar.

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