Papandreu, contra las cuerdas
Andreas Papandreu, el primer ministro griego, contaba con consolidar su imagen europea y su carisma de líder nacional cuando su país asumió la presidencia de la Comunidad Europea el pasado 1 de julio. Seis meses después se puede decir que no ha conseguido ninguno de esos objetivos. Papandreu se ha presentado en la cumbre de Rodas como un hombre debilitado y con un porvenir político quie tiene sus días contados.Incluso la gran idea de la presidencia griega de la Comunidad, la puesta en marcha del espacio social europeo, no figuró en el centro de la cumbre. El propio Papandreu insistió la víspera de la llegada de los líderes; de la CE a Rodas en la necesidad de dar "un rostro humano" a la Comunidad "que no es solamente un mercado", pero reconoció que esta idea no había contado con el apoyo de los demás socios. La creación de este espacio social reposa ahora sobre las próximas presidencias, española y francesa.
¿Cómo se ha llegado a este punto, cuando incluso este verano Papandreu aparentaba contar con todas las cartas del juego político griego?
En primer lugar, debido a su larga ausencia del país. Desde finales de agosto hasta últimos de octubre, Papandreu ha estado en Londres, donde ha sido operado de un estrechamiento de aorta. También por su relación con la ex azafata Dimitria Liani, de 35 años, cuestión esta que ha molestado a un buen número de griegos. Papandreu, de 69 años, no se ha divorciado de su esposa Margarita, con la que tiene cuatro hijos. Su llegada a Rodas con Dimitria Liani a su lado, exhaustivamente cubierta por la televisión y reproducida en primera página por la totalidad de los periódicos nacionales, ha provocado una violenta reacción de la oposición conservadora, subrayando que "todos los griegos honestos sienten vergüenza ajena por aquellos que no tienen modales".
El escándalo Koskotas
Desde su vuelta a Atenas, Papandreu ha tenido también que enfrentarse al mayor escándalo político-financiero que haya conocido la Grecia moderna. Georges Koskotas, un joven banquero de 35 años, se halla en el centro de este escándalo y escapó de Grecia el pasado 6 de noviembre. Koskotas, que había creado un imperio de prensa y también había invertido en el mundo del deporte, ha dejado detrás suyo un agujero económico de, por lo menos, 200 millones de dólares (24.000 millones de pesetas). El joven banquero fue detenido en Estados Unidos y Grecia ha pedido ya su extradición.
Una investigación oficial ha permitido descubrir hasta ahora que Koskotas utilizaba varias cuentas privadas del Banco de Creta, que él dirigía, para sus propios negocios y para pagar sobornos a numerosas personas. Hasta el momento han sido divulgados los nombres de varios periodistas, escritores y deportistas, pero la opinión pública espera con impaciencia los nombres de políticos y, especialmente, los de los dirigentes socialistas en el poder que puedan estar implicados.
Desde hace un mes el escándalo ocupa las mentes de todos los griegos, que se hallan decepcionados por "la vía griega al socialismo". Nunca hasta ahora el Pasok -el partido socialista que gobierna desde 1981 -ha tenido una cota de popularidad tan baja, un 20%, según la reciente encuesta de una revista cercana a las tesis gubernamentales. La oposición conservadora y comunista pide ya elecciones anticipadas, sin esperar a la fecha prevista de junio de 1989.
En las mismas entrañas del poder socialista las voces pidiendo "una purificación" se multiplican. Tres ministros que se unieron al Gobierno en la última remodelación del Gabinete el pasado 16 de noviembre ya han presentado su dimisión o han sido destituidos por pedir un saneamiento de la vida política. El propio hijo de Papandreu, responsable de Educación, ha amenazado también con dimitir.
El primer ministro reconoce que "la crisis es profunda", pero asegura que existen "centros griegos y extranjeros" que utilizan el escándalo Koskotas y llevan a cabo una campaña de desestabilización. Fuentes cercanas a Papandreu explican que se trata de un plan norteamericano para desembarazarse del molesto político socialista antes de la toma de posesión de George Bush. Papandreu, sin embargo, insiste que las elecciones serán el 18 de junio y que las ganará por tercera vez.
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