El Ejército argentino sofoca a tiros una nueva sublevación militar

El Ejército argentino parecía haber superado anoche una de sus más serias crisis internas tras una jornada de tensión y enfrentamientos militares que dejaron un teniente leal muerto y un número no especificado de heridos. El jefe del Estado Mayor del Ejército, general Dante Caridi, declaró que "todo está bajo control", y se esperaba la rendición definitiva del coronel Mohamed Alí Seineldín, amotinado junto a otros 250 efectivos en la Escuela de Infantería, a 30 kilómetros al norte de Buenos Aires.

La jornada crispó al Gobierno y a los partidos políticos argentinos y obligó al presidente, Raúl Alfonsín, a regresar apresuradamente a Buenos Aires desde Nueva York, donde pronunció un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.El vicepresidente, Víctor Martínez, en ejercicio de la presidencia, ordenó a Caridi la represión del movimiento militar encabezado por Seineldín, que exigía una ley de amnistía para todos los militares, un aumento sustancial del presupuesto militar, la sustitución del alto mando y la reinvindicación de las fuerzas armadas durante la guerra sucia.

Tras una primera entrevista entre Caridi y Seineldín, ambos se replegaron y comenzó a las 17.210 (20.20, hora peninsular española) una batalla de fuego cruzado de artillería en torno a la Escuela de Infantería que duró unos 40 minutos. Tras una tregua, Seineldín volvió a reunirse con Caridi, a quien le planteó las condiciones para su rendición, y recibió luego al general Francisco Gassino, director de Institutos Militares, en el casino de oficiales de la Escuela de Infantería, donde estaba atrincherado. Más tarde, Caridi aseguró al ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, que la situación estaba bajo control y que "por hoy" se había superado. Entre tanto, Seineldín volvió a la Escuela, donde, al cierre de esta edición, se reunía con los demás insubordinados para discutir las condiciones de su eventual rendición. Página 7