Un brasileño nacido en Florida
William Roger Reaves, nacido en el Estado de Florida el 26 de enero de 1943, estaba buscado por las policías norteamericana y alemana, hasta que le detuvo la española, el 15 de junio pasado, en Cala Mayor, en las cercanías de Palma de Mallorca. Considerado el lugarteniente del narcotraficante Dennis Howard Marks, conocido como Marco Polo, realizaba labores de compra de tierras en Extremo Oriente para la posterior siembra de cannabis y marihuana, según la justicia norteamericana, así como de director de una red de introducción de hachís en Europa, según un tribunal alemán.El 1 de agosto de 1986 fue descubierta por agentes de la DEA su presencia en una cumbre de la organización de Marco Polo en Palma. En los años anteriores fue visto en Argentina, Holanda y Brasil. En este último país se hizo con un pasaporte y una carta de nacionalidad falsos, a nombre de Roger Marcelo Odom.
Fuentes policiales españolas han informado a este periódico que Marcelo Odom fue observado por el Grupo de Extranjeros de la jefatura de Baleares en abril de 1988. La razón de que estos agentes se fijaran en su persona -a la que de momento no relacionaron con el narcotráfico- se debió al lujoso y despampanante automóvil, marca Jaguar, matrícula de Andorra MT-0304, con el que se desplazaba por la isla. Asimismo se comprobó que vivía en una urbanización de Puerto Andraitx y que no se conocían sus medios económicos.
El cerco sobre Marcelo Odom se cerró a primeros de junio, cuando la Interpol proporcionó fotos y huellas dactilares de William Roger Reaves, a petición de un tribunal alemán. Asimismo, y coincidiendo en el tiempo, agentes de la DEA desplazados a Palma para organizar la detención de Marco Polo informaron que Marcelo Odom era realmente Roger Reaves.
La policía española intervino el teléfono de Marcelo Odom, y el 6 de junio el Jaguar fue visto en la localidad de Santa Ponsa, a unos 20 kilómetros de Palma. Unos agentes españoles siguieron el automóvil, y Marcelo Odom, alertado, dejó el coche en el aparcamiento de un hotel de lujo, donde se internó apresuradamente, huyendo del cerco policial, al saltar desde una ventana de la planta segunda del hotel a la calle. Sin embargo, poco le valió esta fuga, ya que, al tener intervenido el teléfono, la policía supo que el día 15 de ese mes iría a Cala Mayor. A las cinco de la tarde de ese día fue detenido.
Dos días más tarde, y mientras prestaba declaración en el juzgado, protagonizó un nuevo intento de fuga y logró, pese a estar esposado, acercarse a una ventana y saltar a la calle. Cayó sobre un automóvil y sufriendo lesiones leves. Una pareja de la policía se percató de la fuga y lo detuvo.
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