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Los holandeses utilizarán sus residuos urbanos, una vez reconvertidos, como abono para jardinería

Isabel Ferrer

El departamento de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Voorburg, ciudad de casi 50.000 habitantes cercana a La Haya, presentará a finales de año los resultados de un informe sobre reconversión de residuos orgánicos. Si éstos resultan convincentes, a partir de 1989 otros municipios holandeses podrían devolver al contribuyente los desperdicios alimentarios de sus propias cocinas en forma de abono para el jardín.Un tercio de los restos orgánicos recogidos en Voorburg y en algunos distritos de La Haya procede precisamente de cajas con jardín que, sobre todo en otoño, dejan en la puerta innumerables hojas muertas. De ahí la puesta en marcha del experimento, consistente en proveer al vecindario de unos contenedores de papel impermeable, donde podrán depositar residuos alimentarios, incluidas las salsas flores y plantas. La basura así almacenada es recogida por el Ayuntamiento y se descompone sin dañar el ecosistema. La masa sólida en que se transforma tiene además un grado de acidez menor al del abono obtenido en las vaquerías, y por eso su reutilización sería beneficiosa en los jardines vecinales de Voorburg.

Además de mejorar el problema de la destrucción de basuras, los responsables del proyecto esperan abaratar los costes del servicio de recogida. Algo similar ya ha sucedido con los vidrios, papeles, maderas y muebles, que son depositados en contenedores metálicos emplazados en las calles.

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