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La violencia étnica se cobra más vidas, en el Cáucaso

Pilar Bonet

La violencia étnica desatada en el Cáucaso se cobraba nuevas víctimas ayer, pese a la masiva intervención militar ordenada desde Moscú, donde se mantenía una restrictiva política informativa que dificultaba una evaluación clara de la magnitud del conflicto que asola las repúblicas de Azerbaiyán y Armenia. Dos civiles, uno de nacionalidad azerbaiyana y otro de nacionalidad armenia, murieron en las localidades de Kalinino y Goris, en territorio de Armenia, y un soldado resultó muerto en la ciudad de Kirovabad, en Azerbaiyán, según explicó un portavoz de la agencia Armenpress contactado telefónicamente en Eriván.

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Estas víctimas se añaden a las otras tres, dos soldados y un teniente muertos en Kirovabad, que han sido confirmadas oficialmente por el portavoz del Ministerio de Exteriores en Moscú.

El número de heridos en la oleada de violencia supera las 150 personas, según los portavoces armenios, y se mantiene en 126, según los portavoces azerbaiyanos.

El muerto de Kalinino fue un azerbaiyano, alcanzado en la cabeza por una pedrada después de haber comenzado a disparar sobre una multitud de rusos y armenios en una plaza pública, dijo el portavoz de Armenpress sin dar detalles sobre el resto de las nuevas víctimas.

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[El líder soviético, Mijail Gorbachov, anuncié ayer en una entrevista a periodistas franceses la celebración de un próximo encuentro de los dirigentes del país con delegaciones de Armenia y Azerbaiyán para discutir "el mejor modo de encontrar una solución" a la crisis, informa France Presse.]

Tanto Bakú como Eriván, donde hay una generalizada huelga, aparecían ayer como ciudades tomadas por el Ejército, con camiones y carros de combate, lo cual no impedía a la gente salir a la calle.

En Bakú, pequeños grupos de gente se concentraron en el centro profiriendo consignas antiarmenias e insistiendo en el arresto de la dirección (Armenia) del partido comunista de Nagorno-Karabaj, según manifestó un representante de la agencia de prensa azerbaiyana.

Concentración nocturna

En Eriván habían cesado las manifestaciones masivas, cuyo último ejemplo fue la concentración nocturna, a las dos de la madrugada de ayer, a la salida del teatro de la opera. En este local se reunieron en la noche del jueves dos tercios de los 340 diputados de¡ Soviet Supremo de Armenia, según manifestó el portavoz de Armenpress.

Pese a la ausencia del presidente del Presidium, Grant Voskanian, los diputados continuaron la sesión del Soviet Supremo interrumpida abruptamente el martes. Según un activista del comité de Karabaj, los diputados pidieron una vez más la unificación de Nagorno-Karabaj a Armenia y rechazaron las enmiendas constitucionales propuestas por el Kremlin por "no corresponder a los intereses de Armenia, y en general, a los intereses de la democracia". Otro activista dijo que el Soviet Supremo había pedido dos meses para elaborar un nuevo proyecto constitucional. La sesión calificó de "genocidio" la matanza de una treintena de armenios en Sumgait, en febrero pasado, y exhortó a las autoridades centrales en Moscú a unificar los procesos contra los presuntos responsables en una sola causa a cargo del Tribunal Supremo de la Unión Soviética.

Un portavoz de Armenpress expresó a esta corresponsal sus dudas sobre el reconocimiento de la sesión parlamentaria del jueves y dijo que existían intereses (no mencionó cuáles) empeñados en demostrar que los diputados habían sido objeto de "presiones violentas". "Algunos diputados aseguraron anoche que se habían reunido libremente", declaró el portavoz.

En Kirovabad se procedía ayer a la evacuación de niños y mujeres armenios, dijo un activista armenio. Un portavoz de Armenpress manifestó, sin embargo, que la comunicación con Kirovabad estaba cortada y que no existía información desde Bakú. A Eriván continuaban Regando los refugiados armenios, que superaban los 1.700, según un portavoz de Armenpress. En el aeropuerto de la ciudad habían aterrizado al menos 70 helicópteros para el transporte de tropas, informó un activista armenio.

El flujo de refugiados se producía también en sentido contrario; es decir, azerbaiyanos residentes en Armenia huían hacia su república de origen, según dijo un portavoz del Ministerio de Exteriores azerbaiyano.

En Moscú, el diario Izvestia, órgano del Gobierno, publicaba ayer un llamamiento de la Unión de Escritores de la URSS a los literatos de Azerbaiyán y Armenia. VIadimir Karpov, el primer secretario de esta asociación profesional, pedía a sus colegas que "no manchasen su tierra generosa con discordias chovinistas".

Esta información era dada sobre un vacío de datos sobre los enfrentamientos, ya que la Prensa central no ha difundido el número de víctimas ni ha explicado cuáles han sido los enfrentamientos, obedeciendo así, en opinión de observadores políticos soviéticos, a una directiva del Kremlin.

Así se explicaría que Izvestia, con una línea más abierta que Pravda, el órgano del PCUS, afirmará anteayer que "la Prensa republicana y los medios de comunicación centrales sólo refuerzan las especulaciones con su silencio".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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