El frío se adueñó del parqué
El descenso en el nivel del negocio ha sido todo un síntoma de lo que les espera a los mercados de valores en tanto las cosas sigan como hasta ahora, es decir, en el supuesto de que se continúe imponiendo la declaración de intenciones sobre la actuación puntual. Mientras el futuro inquilino de la Casa Blanca intenta tranquilizar al mundo de la inversión con promesas de actuaciones en terrenos concretos a los que no había aludido en la campaña electoral, las bolsas -fundamentalmente Wall Street- se fijan en las actuaciones de los bancos centrales que han acudido en apoyo del dólar, aunque el margen de confianza no es muy grande a juzgar por los resultados.Si en la sesión anterior el dinero había estado ligeramente por encima del papel, en esta última las cosas han cambiado, pues las compras se han limitado a aquellos casos en los que el precio resultaba interesante y la verdad es que han sido muy pocos. El resultado ha sido un nuevo retroceso en el volumen negociado, al tiempo que resurgían las sospechas de apoyo a una serie de valores cuya cotización se repitió gracias al empeño del cuidador.
El signo negativo ha sido una constante en esta jornada, con la excepción de Telefónica, valor para el que llegó algún dinero ajeno a las dudas que se habían planteado los habituales del parqué. En esta ocasión no puede hablarse de castigos, ya que los recortes estuvieron muy repartidos, pero los grupos industriales y el bancario volvieron a tener cierto protagonismo en la sesión. El ambiente a la hora del cierre era totalmente negativo, con un importante volumen de papel latente que no conseguía pasar desapercibido. Las compras no daban señal de vida.
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