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Bush reafirma su voluntad de reducir el déficit público

Francisco G. Basterra

George Bush eligió ayer a Richard Darman para el que quizás sea, dijo, "el puesto más difícil de la nueva Administración", director de la Oficina del Presupuesto. Darman, ex subsecretario del Tesoro con Reagan, afrontará la compleja papeleta de reducir un déficit presupuestario de 150.000 millones de dólares, sin subir los impuestos como ha prometido el presidente electo. "Estoy decidido a reducir el déficit y a trabajar para ello con el Congreso", afirmó ayer Bush al anunciar el nombramiento de Darman que prácticamente cierra su equipo económico.Esta semana designará al último cargo importante de ese área, al presidente del Consejo de Asesores Económicos. Puesto que recaerá en el economista de la universidad de Stanford Michael Boskin, que es el autor del plan de Bush de una "congelación flexible" del gasto para equilibrar el presupuesto. Boskin ha sido el principal asesor económico del nuevo presidente durante la campaña electoral. Darman también asesoró a Bush durante la campaña e hizo de Dukakis en la preparación de los debates televisados.

"No soy en absoluto pesimista sobre el futuro de la economía norteamericana", afirmó Bush al presentar a Darman, un brillante economista de 45 años con capacidad política probada en la Casa Blanca donde fué uno de los principales asesores del actual presidente. Darman, que fué profesor de la Escuela de Negocios de Harvard, es un hombre con ideas propias y no simplemente un tecnócrata.

Bush anunció ayer también que mantendrá en el Gabinete a los actuales Fiscal General y secretario de Educación Richard Thornburgh y Lauro Cavazos.

Bush admitió ayer que los norteamericanos y los mercados internacionales necesitan seguridades de que enfrentará con decisión el problema de los números rojos de la contabilidad nacional. "Estoy dispuesto a ofrecer esas garantías que son importantes desde el punto de vista sicológico", explicó el presidente electo. Desde su elección, el pasado día 8, la bolsa y el dólar han caído en picado reflejando la incertidumbre mundial sobre la capacidad de la futura Administración de encarar el doble déficit fiscal y comercial.

Mensajes

Bush, que ya envió la semana pasada una señal de confianza a los mercados, al confirmar como secretario del Tesoro a Nicholas Brady, ex banquero en Wall Street y un político pragmático, declaró ayer que "tengo la mente abierta sobre el problema y las soluciones para el presupuesto".Fui apoyado por el electorado para hacer lo contrario, aseguró el presidente electo. "Sé que el problema no es simple y lo enfrentaré con una actitud fresca". Bush y sus asesores defienden que, gracias a un crecimiento económico sostenido (alrededor de un 3,5% en 1989) será suficiente con limitar el crecimiento del gasto federal al tope de la inflación y recortar en algunas áreas concretas para compensar incrementos de gasto en Educación y lucha contra la droga, para lograr al cabo de cuatro años un presupuesto equilibrado.

Pero los estudios independientes señalan que el agujero fiscal es aún más grande y Bush deberá efectuar dolorosos y politicamente dificiles recortes en programas sociales.

Un informe del comité de Presupuestos del Congreso dice que la nueva Administración deberá reducir en un 10% el gasto doméstico para ajustarlo e la inflación y cumplir con su congelación flexible. En 1989 Bush deberá reducir en 30.000 millones de dólares el déficit. Una idea que está siendo defendida por nitichos expertos es un impuesto de entre 10 y 20 centavos por galón con el que se podría ingresar casi 20.000 millones de dólares.

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