El Gobierno consultará con Portugal antes de tomar una decisión oficial sobre el ancho de vía

El presidente del Gobierno, Felipe González, consultará con el primer ministro portugués, Cavaco Silva, la conveniencia de instalar en toda la península Ibérica el ancho de vía europeo antes de que el Consejo de Ministros tome una decisión oficial al respecto. El Gobierno español quiere ir de la mano con Portugal, con objeto de fortalecer la posición negociadora de ambos países con vistas a la financiación de este amplio programa de infraestructura de transportes, que para España supondrá inversiones de 350.000 millones si prospera el criterio de los técnicos de Renfe.

Durante esta misma semana, España y Portugal perfilarán, en una negociación técnica a nivel de ministros de Transportes, los pormenores del proyecto, que acto seguido deberá ser ratificado por los máximos responsables de los dos Gobiernos. En un principio, la Administración portuguesa se muestra también favorable, como España, a la instalación del ancho europeo, y pretende llegar a un acuerdo que asegure la conexión de las dos redes ferroviarias por la frontera de Fuentes de Oñoro, con objeto de facilitar la puesta en marcha de una línea Madrid-Oporto-Lisboa.A lo largo de la pasada semana, Renfe y el Ministerio de Transportes han intensificado los trabajos sobre los informes técnicos preceptivos, si bien fuentes de este departamento ministerial han señalado que hasta ahora sólo existen sobre la mesa borradores preliminares. "El informe definitivo será el que apruebe el Consejo de Ministros en una de las dos próximas reuniones", señalaron las citadas fuentes.

Con independencia de la decisión política que finalmente tome el Ejecutivo, lo que sí parece claro es que los servicios técnicos de Renfe han expuesto tres alternativas con el mismo denominador común favorable a la adaptación del ancho de vía europeo, de 1,435 metros.

350.000 millones

Los tres caminos propuestos por Renfe parten de la instalación del nuevo ancho de vía a toda la red ferroviaria, lo que implicaría obras en 13.000 kilómetros, con un coste de 700.000 millones de pesetas. La segunda posibilidad consistiría en limitar la operación a la red de alta velocidad con Europa; es decir, los ejes Madrid-Barcelona-Port Bou y Madrid-Lisboa. La tercera consistiría en ampliar esta última con los itinerarios Barcelona-Valencia-Murcia y Zaragoza-Bilbao-San Sebastián. Al parecer, desde el punto de vista técnico, el equipo de Renfe encargado de elaborar el informe, bajo la dirección de Gonzalo Martín Baranda, se inclina preferentemente por la segunda de las tres propuestas, incluyendo la instalación de una tercera vía provisional, cuya finalidad no es otra que facilitar el proceso de adecuación del actual ancho español a los estándares existentes en el resto de Europa. La inversión que exige este plan asciende, según fuentes de Renfe, a 350.000 millones.La decisión sobre el ancho de vía provocó el pasado día 21 de octubre el aplazamiento de la adjudicación del contrato del siglo de Renfe, que suponía la compra de material rodante de alta velocidad, 24 ramas de tren y 75 locomotoras, por un importe de 80.000 millones. En aquel momento, el Ministerio de Transportes se inclinaba por un reparto del contrato entre el grupo francés Alsthom y el consorcio alemán liderado por Siemens. Por contra, el Ministerio de Industria era partidario de concentrar la adjudicación en una sóla oferta -en este caso, Alsthom- con el fin de no perjudicar la privatización de las empresas del INI, Maquinista Terrestre y Marítima (MTM) y Ateinsa. La venta de estas dos sociedades está vinculada desde hace tiempo a la adjudicación dé este importante programa de inversiones.Un mes después, la posibilidad de ese reparto ha provocado fuertes presiones por parte del Gobierno francés. Esta mismo semana, fuentes oficiales de la Administración gala manifestaron que una solución de este tipo sería considera como "una decisión política no amistosa".