Guinea Ecuatorial muestra al sargento Micó en presencia del embajador de España
El sargento ecuatoguineano Venancio Micó, al que sus familiares creen muerto en la cárcel de Malabo, apareció ayer en público junto al embajador español en la capital ecuatoguineana, Manuel Alabart, según informó ayer un portavoz de la Oficina de Información Diplomática (OID). El hecho se produjo, según estas fuentes, en las dependencias de] Ministerio de Asuntos Exteriores en Malabo.
Además del representante español asistieron a la reunión miembros del Gobierno guineano y "de la Prensa local" (probablemente se refirió con ello a la televisión y la radio, puesto que en la ex colonia española no existe Prensa escrita).El portavoz de la OID subrayó que "la confusión" aún rodeaba la comparecencia de Micó, que el Gobierno español gestionaba desde el pasado día 10 con el Gobierno del presidente guineano, Teodoro Obiang. El sargento Micó protagonizó uno de los momentos más bajos y crispados en la historia de las relaciones entre Guinea Ecuatorial y España en 1983, cuando buscó refugio en la Embajada española en Malabo tras haber participado en un fallido intento de golpe contra el presidente Obiang. El Gobierno español, tras haber enviado a Malabo al entonces ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, entregó al sargento Micó a las autoridades guineanas bajo la promesa de que éstas le conservarían con vida.
El buen estado de Micó se ha convertido desde entonces en una cuestión clave para el prestigio del Gobierno español. Recientemente, varios sectores de la oposición guineana en e exilio, así como familiares del detenido y la Asociación de Amigos de Guinea Ecuatorial, afirmaron que Micó había muerto en los calabozos de Malabo, así acusaron al Gobierno español de no velar por la seguridad del detenido.
El portavoz de la OID admitió que el Gobierno español ha mantenido, hasta la aparición ayer de Micó, una "seguridad relativa" respecto de la suerte de éste, y calificó el gesto de las autoridades guineanas, al permitir su comparecencia, como una muestra de su buena voluntad.
Por su parte, el dirigente del opositor Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial, Severo Moto, calificó ayer de "no creíbles" las informaciones sobre el buen estado de Micó.Y agregó que la protección española debía extenderse a los familiares del sargento residentes en Madrid, especialmente a su hija, que "ha recibido amenazas de guineanos próximos a Obiang", dijo, por las declaraciones en las que aseguraba que su padre había muerto.
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