Los sindicatos no aceptarán los servicios mínimos que se convoquen el día del paro general

UGT y Comisiones Obreras no aceptarán servicios mínimos durante el paro general convocado para el próximo 14 de diciembre, aunque ellos mismos han diseñado unos "servicios esenciales" que sí deberán seguir en funcionamiento, según informaron ayer en Barcelona los secretarios generales de UGT y CC OO de Cataluña, Justo Domínguez y José Luis López Bulla. Marcelino Camacho, por su parte, acusó a Felipe González de haberse pasado del rojo al amarillo. Por otra parte, Alfonso Guerra reiteró en Santiago de Compostela los argumentos de otros miembros del Gobierno en contra de las movilizaciones anunciadas.

Los servicios esenciales que los sindicatos han diseñado para mantener en funcionamiento son los de sanidad, bomberos, energía, policía, cárceles y transportes sanitarios y para disminuidos físicos.Ni López Bulla ni Domínguez prestaron credibilidad a las declaraciones del presidente del Gobierno sobre la continuidad en la política económica: "Felipe González tiene que decir eso, pero la historia enseña que las movilizaciones importantes producen luego variaciones", dijo López Bulla, mientras que Domínguez afirmó: "Si el Gobierno no rectifica nos encontraremos en una situación de dimensiones incalculables porque en las democracias se pasa factura por estas cosas. Yo quiero que haya un Gobierno de izquierdas, pero para que gobierne de izquierdas".

López Bulla y Domínguez presentaron un documento unitario dirigido a "todos los trabajadores de Cataluña" en el que se hace un llamamiento al paro general del 14 de diciembre, excepto para el sector de Prensa, donde se pide que el paro se adelante en 24 horas, de forma que el día 14 no haya diarios, pero sí el 15, para informar sobre los resultados de la convocatloria. Ambos insistieron en que, en Cataluña, el paro no va sólo dirigido "contra la política económica del Gobierno socialista", sino también "contra la política antisocial del Gobierno de Jordi Pujol, que se apresura a bendecir el plan de empleo juvenil".

Por su parte, el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, reiteró los argumentos de otros miembros del Partido Socialista y del Ejecutivo contra la huelga general. Según Guerra, el paro es injustificado porque no obedece a "motivos sociales, económicos y mucho menos sindicales, se trata simplemente de una huelga política en la que es difícil saber qué se quiere conseguir".

El vicepresidente aseguró que la mayoría de los españoles son favorables al plan de empleo juvenil del Gobierno porque "saben que es mejor eliminar las cuotas empresariales a la Seguridad Social que costear los subsidios de desempleos de un millón de jóvenes", informa Xosé Hermida.

Marcelino Camacho, por su parte, dijo ayer en Madrid que Felipe Gonzalez se ha pasado del rojo al amarillo y añadió: "Hay que recordarle a Felipe González que el amarillo es el color de los traidores a su clase y que el rojo es el color de las banderas de UGT, el PSOE, CC OO y de otras organizaciones que han defendido la libertad".

Las reacciones del resto de partidos políticos no cesan de producirse. Agustín Rodríguez Sahagún declaró que "comprende y justifica" las movilizaciones sindicales previstas, ya que están motivadas "por el "bloqueo del diálogo social" impuesto por el Gobierno socialista. Rodríguez Sahagún afirmó que el Gobierno al "oponerse por ley a revisar los objetivos de inflación, impone por ley una pérdida de poder adquisitivo".

Por su parte el presidente de Alianza Popular, Antonio Hernández Mancha, calificó de desafortunadas las manifestaciones de Juan Ramón Calero, portavoz del grupo parlamentario de AP, quien dijo que esta formación política pediría a sus militantes y votantes que no fueran esquiroles en el paro general.