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Escándalo en el Bundestag por un discurso de apología nazi

La solemne sesión plenaria de Bundestag en conmemoración del 50º aniversario del primer gran pogromo nazi contra los judíos, el 9 de noviembre de 1938, concluyó ayer en enorme escándalo al pronunciar el presidente del Parlamento, Philipp Jenninger, un discurso con pasajes en los que hizo apología del régimen nacionalsocialista. Los partidos parlamentarios se reunieron con urgencia para enfrentar la "catástrofe parlamentaria" y el previsible eco internacional.

Los verdes pidieron la dimisión inmediata de Jenninger y los socialistas y liberales dejaron entrever que consideran el cese del presidente como única solución.La sesión plenaria iba a ser el broche solemne a la serie de actos oficiales de conmemoración de la trágica noche de los cristales. Se convirtió, en cambio, por un más que desafortunado discurso del presidente Jenninger, en un escandalo de enormes proporciones.

Según el presidente honorario del Partido Socialdemócrata (SPD), Willy Brandt, podría dañar al prestigio de la República Federal de Alemania más que la visita de Helmut Kohl al cementerio de miembros de las SS en Bitburg durante la visita de Ronald Reagan a la RFA en 1985.

El 9 de noviembre de 1938 todo el aparato nazi se movilizó para incendiar las sinagogas, asaltar y saquear comercios y viviendas de judíos y asesinar en diferentes ciudades a varias decenas de miembros de la comunidad judía en el Reich Aquel día comenzó la gran escalada del terror antisemita en la Alemania nazi.

Insensibilidad histórica

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Invitados de honor al acto de ayer eran el jefe del Estado, Richard von Weizsaecker; el presidente de la comunidad judía de la República Federal de Alemania, Heinz Galinski, y el embajador de Israel, Jitzak Ben Ari. El único discurso de la ceremonia era el de Jenninger y, según coincidían ayer parlamentarios de todos los grupos pasará a la historia como prueba de insensibilidad histórica e identificación con los verdugos en aquellos trágicos hechos.

"Los años entre 1933 (año del acceso al poder de Hitler) y 1938 siguen siendo, incluso retrospectivamente, fascinantes. Se integró en el Reich el Sarre, el servicio militar obligatorio, rearme, acuerdo naval germano-británico, ocupación de Renania, Juegos Olímpicos de Berlín, anexión de Austria, Gran Imperio Alemán y, poco antes de los pogromos de noviembre, el acuerdo de Múnich y la partición de Checoslovaquia. El acuerdo de Versalles sólo era ya un trozo de papel, y el Imperio, la potencia hegemónica del continente", dijo Jenninger dejando entrever admiración por la ofensiva expansionista nazi.

"Y en lo que a los judíos respecta", continuó Jenninger "¿no habían usurpado en el pasado puestos que no les correspondían? ¿No era ya hora de que aceptaran limitaciones? Y no se habían merecido quizá incluso que se les mostraran estos límites. Y, sobre todo, ¿no correspondía la propaganda [nazi], excepto en algunas exageraciones salvajes y no serias a las propias convicciones y sospechas?".

Tras momentos de incomprensión, murmullos y gestos de desaprobación primero y estupefacción y protestas abiertas después, parlamentarios socialdemócratas, liberales y verdes abandonaron ostensiblemente la sala.

Los partidos parlamentarios celebraron de inmediato sesiones de urgencia de sus órganos directivos para buscar una solución de "limitación de daños" de este incidente de ayer en el Bundestag. Nadie duda sobre las convicciones democráticas y antirracistas de Jenninger. Su discurso denota la absoluta falta de sensibilidad histórica de una generación alemana que, como él mismo dijo, tras 1945 no se replanteó su responsabilidad en el holocausto.

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