Cuatro meses de espera
Los cuatro meses que el Gobierno español ha tardado en confirmar su contribución al ACE -sus tres socios lo hicieron en mayo- se han consumido en garantizar el retorno industrial de su astronómica inversión al sector aeronáutico español.A su paso por Bruselas, el martes, el ministro de Industria, Claudio Aranzadi, reiteró que España se había decidido finalmente porque el proyecto lleva consigo "una carta aneja en la que se garantiza que las transferencias netas de fondos serán equivalentes a cero", es decir, que ningún participante consagrará recursos al desarrollo del avión por un importe superior a los contratos que obtenga su industria aeronáutica.
La segunda razón que alentó al Ejecutivo fue, según Aranzadi, "la asunción por la fábrica Rolls Royce de un mayor protagonismo en la realización del motor". Concretamente, junto con las empresas españolas CASA, Bazán y Sener, Rolls Royce integrará la Sociedad Española de Motores, con un papel clave en la puesta a punto del motor del ACE. "Adernás", añadió el ministro, "se ha conseguido que la quinta parte del motor se haga por la industria civil".
En tercer y último lugar, el Gobierno de Madrid amarra el retorno industrial mediante la conclusión con la RFA de un acuerdo en el que se apoyan bilateralmente iniciativas en campos de interés para España en aviónica.
La firma por España de su participación en el ACE supone un duro golpe para Francia, que hasta el mes pasado esperaba poder vincularla a su proyecto Rafale. París esperaba que España y Bélgica financiaran un 20% (135.000 millones de pesetas) del proyecto.
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