Las 'terapias' llegan a las canastas
La actuación personal de Díaz Miguel durante este año ha sido criticada en diversos sectores. Díaz Miguel está excesivamente preocupado por su imagen pública y técnicamente parece haber perdido capacidad de dirección, sobre todo cuando un partido está en juego. Los jugadores critican que se ha vuelto muy lento de reflejos, que reacciona muy tarde, que apenas toma decisiones en un partido, que se olvida de algunos jugadores que tiene en el banquillo -los veteranos utilizaban curiosas fórmulas para refrescarle la memoria- y, sobre todo, que cada vez está más nervioso y termina contagiando esos nervios al resto del equipo. Los jóvenes asistieron incrédulos a cómo algunos de los veteranos tuvieron que calmar en el vestuario, tras la derrota ante Australia, a un inconsolable Díaz Miguel convertido en un mar de lágrimas.La situación ha llegado a deteriorarse: los internacionales entrenan cuando quieren, simulan lesiones para evitar sesiones de entrenamiento de mañana y tarde dos días después de terminada la Liga y no se ven obligados a respetar normas habituales en un equipo, incluso en sus propios equipos. Por ejemplo, el menú confeccionado en los desplazamientos. "En una verdadera selección si hay que comer carne porque así figura en el menú, se come carne; si hay pescado, pescado. Pero en la selección de baloncesto, no: de pronto, tres no acuden a comer, unos empiezan a pedir carne, otros pescado, otros spaghettis. No había forma de acordar un menú uniforme, con los gastos suplementarios que ello ocasionaba. Nadie imponía un orden", señaló a este periódico un directivo que asistió a varios desplazamientos con el equipo nacional.
La consecuencia de esta situación -un técnico que no cumple las exigencias de los jugadores- ha sido, curiosamente, la misma que se, aplicó en 1984 por los componentes de la selección de fútbol durante la Eurocopa de Francia: reunirse y hablar sin la presencia del técnico, reuniones que se han popularizado con el nombre de terapias. Así, por vez primera, los miembros de la, selección de baloncesto, antes del partido con Canadá en la primera fase de los Juegos, decidieron, convocados por uno de los veteranos, reunirse en una habitación y tratar de arreglar la situación. La reunión dio resultado durante dos días -se ganó a Canadá y Brasil-, pero no se volvió a repetir. Algunos jugadores reconocen ahora que debieron de haber repetido la terapia.
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