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Gorbachov considera que aún no es el momento de publicar a Solzhenitsin

Pilar Bonet

La publicación del escritor soviético disidente Aleksandr Solzhenitsin es el trofeo perseguido hoy por varias revistas soviéticas que luchan por ampliar las fronteras de la transparencia informativa en desario a las reticencias de la dirección política. Mijail Gorbachov y el nuevo jefe de ideología del comité central, Vadim Medvedev, consideran que aún no ha llegado la hora de publicar a Soizbenitsin, y así se lo hicieron saber a Serguei Zaliguin el director de la revista Novi Mir, que había decidido comenzar la publicación de Archipiélago Gulag en su número de noviembre.

Hoy, sin embargo, la revista Siglo XX y la Paz, que dirige Anatoli Belaev, se dispone a intentar de nuevo colar a Solzhenitsin. En sus galeradas del número de diciembre, que esta corresponsal ha tenido ocasión de ver, figura el texto No vivir en la mentira, que el premio Nobel de Literatura escribiera poco antes de ser detenido, juzgado sumariamente en la prisión de Lefortovo, de Moscú, y deportado de la URSS en un avión especial en 1974."Por el momento, el proceso de edición sigue su curso normal, aunque todavía no acabamos de creer que lo veremos publicado", afirmaba uno de los redactores de Siglo XX y la Paz, una revista mensual cuya línea informativa ha entrado más de una vez en conflicto con el Comité de la Paz de la URSS, la organización de la cual depende.

No vivir en la mentira es una exhortación a los ciudadanos para que opongan resistencia a los rituales de un régimen totalitario. El texto ha sido considerado literatura antisoviética en el pasado y ha figurado en más de un acta de acusación en procesos contra antiguos disidentes.

Medios intelectuales reformistas atribuyen a Solzhenitsin un alto valor simbólico que va mucho más allá de sus características como escritor. "Publicar a Solzhenitsin es un punto de inflexión en la liberalización de la cultura% afirmaba un conocido autor. "Solzhenitsin", comentaba un periodista soviético, "es el terreno donde hoy se lucha la batalla por la glasnost [transparencia informativa]. Editar Archipiélago Gulag es aceptar la puesta en cuestión de Lenin", agregaba. En Archipiélago Gulag, Solzhenitsin, que pasé ocho años en los campos de prisioneros de Stalin, denuncia el terror soviético surgido inmediatamente después de la revolu ción, todavía en vida de Lenin.

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"No se lo aconsejó"

En los talleres tipográficos donde se imprime Movi Mir tenían ya impresa la contraportada del número (el 10, correspondiente a octubre) donde se anunciaba la inminente publicación de Archipiélago Gulag cuando el proceso fue interrumpido por una llamada telefónica de Vadim. Medvedev a la Redacción, según aseguran medios soviéticos.

En una reunión con representantes de Prensa a finales de septiembre Gorbachov se acercó a Zaliguin, según aseguran otras fuentes bien informadas, para preguntarle si era cierto que tenía -intención de publicar a Solzhenitsin. "No se lo aconsejo" le dijo Gorbachov, según los medios consultados, para quienes el líder habría considerado prematura la edición de Archipiélado Gulag en su versión completa.

Un grupo de intelectuales soviéticos, entre quienes estaban los escritores Alex Adamovich y Yuri Kariakin, escribieron posteriormente una carta a Gorbachov defendiendo la publicación de Archipiélago Gulag. En respuesta, Gorbachov mantuvo una conversación telefónica con Adamovich en la cual, sin ceder sobre la publicación inmediata y completa de Archipiélago Gulag, prometía que la glasnost y la reforma continuarían.

El 29 de octubre pasado, el grupo Memorial, de cuya directiva forma parte el científico Andrei Sajarov y los escritores Adamovich y Kariakin, adoptaba una resolución en la que se valoraba el papel de Solzhenitsin en el desenmascaramiento de la represión estaliniana, se pedía la anulación de la condena "por traición a la patria" del escritor y se insistía en la publicación de Archipiélago Gulag.

Un día antes, en una velada literaria moscovita dedicada al 70º cumpleaños de Solzhenitsin, Elena Chukovskaia, la crítica literaria que realizó una apasionada defensa de Solzhenitsin en agosto pasado, decía que No vivir en la mentira se había publicado ya en una revista regional del Ministerio de Ferrocarriles de la URSS. De verificarse este extremo, una publicación marginal de carácter restringido habría logrado romper el hielo tan difícil de taladrar para las publicaciones de difusión estatal en Moscú.

Lo mismo podría ocurrir con Archipiélago Gulag si la revista Literaturni Kirguistan, que tenía intención de editarlo, decide no esperar a Movi Mir para llevar adelante sus proyectos. Literaturni Kirguistan, que se imprime en Frunze, tiene, según medios informados, permiso del propio Solzhenitsin para hacerlo.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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