Dos activistas, condenados a más de 600 años de cárcel
La sección segunda de lo penal de la Audiencia Nacional ha condenado a los etarras Juan Manuel Gaztelumendi Uribarren y Joaquín Uraín Larrañaga a penas que suman 323 y 315 años de cárcel, respectivamente, por la colocación de un coche bomba al paso de un microbús del Ejército, que causó la muerte de tres militares y lesiones graves a otros 11, según informaron fuentes judiciales. Pese a las elevadas penas impuestas, ninguno de los dos condenados cumplirá más de 30 años de cárcel, que es la limitación que establece el artículo 70.2 de Código Penal.Según la sentencia, los etarras colocaron el coche bomba junto a un muro próximo al punto kilométrico 97,800 de la carretera Bilbao-San Sebastián por donde debía pasar el microbús del Ejército y aguardaron en las cercanías. A las 15.40 horas, cuando apareció el microbús, Gaztelumendi accionó el mando a distancia y la carga estalló, causando la muerte instantánea al teniente de Infantería Juan Enrique Criado, al subteniente Francisco Javier Fernández Lajusticia y al cocinereo Luis Alberto Asensi Pereda.
Por otra parte, ayer fue juzgado en la Audiencia Nacional el camionero Miguel Zalacaín Odriozola, que reconoció haber trasladado a Madrid en 1983 a dos etarras que, según el fiscal, resultaron ser los miembros del comando Madrid Ignacio Aracama Mendía y José Luis Urrusolo Sistiaga. El fiscal ha pedido diez años de cárcel.
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