El pasaporte de los caballos
El control del tráfico caballar en las fronteras españolas es inadecuado
La aparición de una epidemia de peste equina africana en España por segunda vez en un año cuestiona la eficacia del control aduanero en nuestro país. La normativa vigente exige que los animales que son trasladados vayan provistos de un pasaporte en el que figuren sus señas de identidad y diversos certificados médicos. Para el presidente del Consejo General de Veterinarios, Antonio Borregón, la ineficacia de estos controles ha ocasionado la aparición de esta enfermedad, que ha causado ya la muerte de 60 caballos.
Antonio Borregón asegura que no mejorar la inspeción aduanera significa poner en peligro a todos los países de la Comunidad Europea, "porque España es, por su situación geográfica, el filtro entre Europa y África". En nuestro país se han detectado en los últimos años epizootias de anemia infecciosa, gripe y peste, consideradas como enfermedades importantes en los equinos según la Oficina Internacional de Epizootias (OIE)."Lo del mosquito no se lo cree nadie", asegura Borregón. 'Ta peste equina se transmite efectivamente a través de un mosquito, pero primero hace falta un caballo enfermo, y si ha aparecido de nuevo esta enfermedad es porque había alguno que la tenía. Que la aparición de la peste equina haya sido producto de una nube de mosquitos llegada de África es algo imposible de creer, sobre todo cuando quien lo cuenta no es un veterinario sino un ingeniero agrónomo, como es Julio Blanco, director general de Producción Agraria".
La sanidad animal en España se basa, según Jesús Merchán, jefe del Servicio de Inspección Veterinaria de la Subdirección General de Sanidad Animal, en la buena voluntad de todos. "Establecer controles rigurosos ejemplar por ejemplar en las fronteras supondría la paralización del tráfico aduanero".
La Inspección Veterinaria Española ha elaborado unas normas de obligado cumplimiento para los caballos que entren en España y confecciona certificados para los que salgan del país. "Nuestra reglamentación se basa en la normativa de la OIE. A este organismo pertenecen prácticamente todos los países del mundo. Periódicamente se edita un boletín informativo en el que cada país informa de las enfermedades que padecen sus animales. La ocultación de una epidemia sería dificil, aunque no imposible, pero se da por supuesta la buena voluntad de todos".
Con la información de la OIE, la Inspección Sanitaria Española solicita en cada caso, además del pasaporte del caballo que se quiere introducir en España, los certificados que acrediten su salud. "Estudiamos su lugar de procedencia y pedimos un certificado al país emisor de que el ejemplar en cuestión no padece la enfermedad investigada. Por ejemplo, se pide certificado contra la anemia infecciosa en el caso de los caballos que vienen de Francia, ya esa enfermedad existe entre su cabaña caballar". Este sistema hace que, en opinión de Merchán, el control de los países emisores sea más importante que el de los receptores de animales. "Ahí entra en juego el prestigio de cada Gobierno a la hora de emitir certificados y responder de su veracidad".
En España hay dos centros de control situados en la frontera de Irún y en Algete, a pocos kilómetros de Madrid; en casos especiales, los caballos son sometidos a una cuarentena, si no son introducidos con tan sólo la presentación de su pasaporte y los certificados solicitados.
"No son exactamente 40 días los que dura una cuarentena, sino el tiempo necesario para realizar las pruebas oportunas, que suelen ser 10 días", aclara Merchán, quien, en cambio, asegura que es imposible controlar a los ejemplares que se dice vienen de un país y vienen de otro, o a los que han pasado por algún lugar peligroso en el viaje y el hecho no viene reseñado en su documentación. El contrabando es otro hecho que nadie se atreve a negar, así como los fallos en las aduanas.
Fallos humanos
El propio Merchán reconoce que, si bien las instalaciones para el control sanitario en España son tan buenas como las de cualquier otro país, el fallo humano existe. " Las cebras que murieron hace un año en el Safari Park de Aldea del Fresno y que trajeron la peste equina a España tenían que haber llegado por Alicante, pero al final entraron por la frontera de Badajoz con Portugal. Ese día era fiesta, estaba un veterinario sustituyendo al oficial y dejó pasar el camión con las cebras, sin más". Por otra parte, Borregón recuerda la dificultad de control en fincas situadas a ambos lados de los dos países.
La reglamentación de la CE que entrará pronto en vigor prevé la desaparición casi total de las fronteras a la hora de la importación o exportación de ganado. En opinión de los expertos consultados, entonces el peligro de contagio será aún mayor.
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