El gran pelotón

JORGE A. RODRÍGUEZ, La carretera de Extremadura aporta el 20% de los casi 500.000 vehículos que diariamente recibe Madrid desde la periferia. Entre las ocho y las nueve de la mañana, ese medio millón llega a la capital para encontrarse con 1.100.000 vehículos que componen el parque automovilístico de la ciudad. Pero a esas mismas horas 15.000 taxis empiezan a buscar clientes, 1.688 autobuses públicos están a pleno rendimiento, 2.000 vehículos de transporte discrecional realizan sus rutas, 36.000 camiones y furgonetas de mercancías pululan por las calles y miles de motoristas hacen slalon en el gran atasco. La música de fondo que se escucha es siempre la misma: concierto de bocinas en cada semáforo. Más de 1.600.000 vehículos componen el gran pelotón.

En cualquiera de las tres horas punta (de siete a nueve de la mañana, de dos a tres y media de la tarde y de siete a nueve de la noche) el atasco de circulación es casi inevitable. La clave para explicar estos embotellamientos es fácil: hay muchos vehículos y poco espacio. En los últimos tres años, 160.000 coches nuevos han engrosado el parque automovilístico de la capital. Eso supone que cada vez hay más coches (y generalmente de mayor tamaño) mientras que el número de calles de la ciudad sigue siendo prácticamente el mismo.

Pero hay algo más. Estos vehículos tienen que aparcar en algún sitio. Ése es precisamente el segundo gran problema de la circulación en la ciudad. Muchos conductores optan, después de dar muchas vueltas por las calles, por dejar su vehículo entorpeciendo el tráfico. Y para muestra valga un botón: en 1987 se cursaron 465.000 denuncias por estacionamiento ilegal y otras 150.000 por estacionamiento en doble fila (410 diarias). Las 39 grúas municipales que funcionan en la ciudad retiran mensualmente una media de 5.500 coches.