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Un día en los juzgados

Jesús Gil declaró ante el juez por la querella de Ramón Mendoza y la demanda del doctor Ibáñez

El Atlético de Madrid y su presidente, Jesús Gil, tuvieron ayer una jornada especialmente intensa en los juzgados. Gil prestó declaración ante el juez por la querella criminal que le pusieron el presidente y el gerente del Real Madrid, Ramón Mendoza y Manuel Fernández Trigo, respectivamente. Horas después realizó una confesión judicial en la Magistratura de Trabajo por la demanda que el doctor Ibáñez presentó al club por despido nulo.

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Insignias para los 'ultrasur'

"Mis buitres", fue el saludo de Gil a los periodistas a la puerta del juzgado de instrucción número 10 de Madrid, donde declaró ante su titular, José González Olleros, por la demanda criminal presentada hace unos seis meses por Mendoza y Fernández Trigo, a los que acusé de instigar a los ultrasur para que asaltaran su chalé de Valdeolivas (Ávila).Los periodistas -de los que, además, Gil aseguró: "cada día me van quedando menos"-, se están convirtiendo en notarios desagradables para el presidente del Atlético y sus abundantes declaraciones. Gil se pasó la mayor parte de la mañana de ayer diciendo: "No es cierto", respuesta con que negó, tanto en el juzgado como en Magistratura de Trabajo, las declaraciones suyas publicadas en varios medios sobre los temas tratados ayer. Tanto el abogado de Gil, José Luis Sierra, como el del doctor Ibáñez, Fernando Pérez Espinosa, han solicitado la presencia, como testigos, de varios periodistas en la demanda del médico.

"Yo dije lo que dije y ahora le he dicho al juez lo que dije. ¿Está claro?", fue la respuesta que dio cuando se le preguntó si había ratificado o rectificado las declaraciones publicadas en los medios informativos y que motivaron la querella. criminal de Mendoza y Fernández Trigo. El chalé de Gil fue asaltado y el presidente atlético denunció el robo de seis jamones a la policía. Pero Jesús Gil atribuyó entonces el asalto a los ultrasur, instigados por Mendoza y Fernández Trigo, que ahora solicitan al juez que procese a Gil por injurias y calumnias. Mendoza y su gerente, además, piden cada uno 25 millones de indemnización, que destinarían a la construcción de la catedral de la Almudena.

Gil negó al juez que en sus declaraciones acusase a Mendoza y Fernández Trigo de instigadores de los ultrasur y que las mismas fueron manipuladas. "Lo que dije es que estos señores, con sus manifestaciones en los días previos al asalto de mi chalé, favorecieron el que se llevase a cabo". El abogado de los dirigentes madridistas, Gonzalo Rodríguez Mourullo, catedrático de Derecho Penal de la Universidad Autónoma de Madrid, presentó al juez unas cintas grabadas con las declaraciones de Gil. El presidente del Atlético pidió entonces que también se admitiesen otras cintas que obran en su poder. Todas ellas serán escuchadas por el juez en los próximos días.

La confesión judicial

La confesión judicial de Gil en la demanda por despido nulo del médico del club, el doctor Ibáñez, resultó en algunos momentos un espectáculo. Miguel Moreira, titular de la Magistratura de Trabajo número 1, no pudo resistir en varios momentos la risa, mientras entre los asistentes -el acto fue público- hubo hasta carcajadas por las respuestas de Gil. "Los periodistas no intervienen en este juicio", le replicó en dos ocasiones el magistrado a Gil cuando éste aseguró: "Los periodistas pueden atestiguarlo".Gil contestó con un "no es cierto" a la mayoría de las acusaciones del abogado del doctor Ibáñez, tomadas de los recortes de prensa que obran en el expediente de la demanda. El Magistrado acordó citar para el próximo 10 de noviembre a los testigos -periodistas y al ex técnico del club, José Maria Maguregui- para mejor deducir si el doctor Ibáñez fue despedido como él indica, o se marchó, como asegura Gil. Ibáñez presentó una demanda por despido nulo o una indemnización de 60 millones de pesetas y tiene presentada, además, una demanda civil contra Gil por "atentado al derecho al honor", con indemnización de 100 millones.

El club madrileño y su jugador, Juan Carlos Arteche, por otro lado, no llegaron ayer a una avenencia. El masajista, Angelín, sí se reincorporará hoy a su trabajo en iguales condiciones en las que lo abandonó cuando se consideró despedido de palabra. El Atlético, por otro lado, ha recurrido al Tribunal Supremo por las sentencias que declaran nulos los despidos de Setién, Landáburu y Quique.

Por último, el comité de empresa de los porteros del estadio Calderón y el club no llegaron a un acuerdo en su reunión de ayer, en la que se trató la demanda presentada contra Gil por presuntas injurias y difamación. Los porteros amenazan con una huelga para un próximo partido de Liga, que no sería el televisado de mañana ante el Valencia.

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