Pilar Miró: "¿Y qué es una raya más para un tigre?"

Radiotelevisión Española parece haber recuperado la normalidad tras la crisis abierta con el escándalo de las compras de vestuario de la directora general cargadas en el presupuesto público. Desde el pasado lunes hay órdenes superiores de reanudar la actividad, como si nada ocurriera. Pilar Miró, en declaraciones a este diario, confiesa estar "más calmada" y que, después de estos años de trabajo, el incidente no la va a derrotar. Con ironía afirma: "¿Y qué es una raya más para un tigre?".

Pilar Miró envió el pasado lunes su contestación al interventor general del Estado, en la que manifestaba su voluntad de pagar los objetos de vestuario comprados con dinero de RTVE, después de haberse entrevistado con Felipe González en la mañana del sábado y de haber conocido la decisión de los consejeros socialistas de no apoyar la solicitud de su cese. Según la directora general ya no puede hacer nada más. "Lo que quieran hacer, que lo hagan, pero yo tranquila", afirma. Respecto a su escrito de respuesta al interventor, opina que lo único que tiene que hacer es "lo que Hacienda diga".Respecto a su conversación con Felipe González, Miró declara que el presidente no le dijo "nada en concreto". "Se limitó a escuchar las explicaciones que le di, en las que le insistí en mi voluntad de marcharme del cargo", recuerda la directora general. Sin embargo, afirma que González simplemente le contestó: "Ya te he oído".

Tras el fin de semana, "después de varios días viviendo el papel de persona angustiada", como ella misma confiesa, Pilar Miró ha decidido volver a la actividad laboral cotidiana, con el fin de "no permitir que la máquina se pare". Según su relato, el pasado viernes reunió a su equipo para informarle de que "ha llegado el momento de marcharse". Sin embargo, el lunes volvió a reunir a sus colaboradores y les dijo: "Vamos a trabajar".

Sobre su futuro inmediato, repite una y otra vez que su situación "ya está aclarada" y que ya no tiene "nada que hablar sobre el asunto". También insiste en que lo que ocurra no depende de ella, y precisa que mientras el presidente no le indique nada piensa "seguir trabajando".

Pilar Miró reitera su voluntad de abandonar el cargo, aunque desearía que "antes quedara todo el asunto arreglado". Opina que para buscar un sustituto "se necesitará algún tiempo". Recuerda en este sentido que para llegar a su designación "se tardó cuatro meses", aunque en este caso espera "que se solucione en un período más corto".

Preguntada por qué no abandona el cargo ya, si realmente está decidida a dejarlo, manifiesta que le frena su profunda creencia en lo que hace. Además, considera que en su decisión "ha pesado mucho la gente que forma parte del equipo".

La directora general afirma que no tenía "ninguna información previa" sobre la actitud que iban a adoptar los consejeros socialistas en la votación del lunes. Sobre la posible influencia que el presidente del Gobierno hubiera podido tener en la posición que adoptaron, dice que no puede saber "si realmente ha hecho algo".

La actuación de Guerra

Después de su conversación con Felipe González y de las informaciones que le han llegado, mantiene la convicción de que "Alfonso Guerra no ha tenido nada que ver en el asunto", y se explica: "No sé si le habrá alegrado o disgustado el escándalo, pero creo que no ha intervenido directamente, porque no es su estilo, ya que cuando Guerra actúa y ataca -y yo lo he vivido directamente- lo hace a la cara, sin subterfugios, mientras que en este caso las actividades de algunos sectores del partido se han realizado de forma más maquiavélica". Aunque Miró reconoce que en este sentido todo lo que diga "son puras elucubraciones", manifiesta que le ha parecido ver que en el conflicto "se han puesto de manifiesto algunas pugnas internas de determinados sectores del partido, que han aprovechado la situación para defender sus intereses".Por el momento, Pilar Miró queda a la espera, y sobre sus planes inmediatos señala que prefiere aplazarlos "hasta el próximo viernes" [día en el que se reúne el Consejo de Ministros]. Dice encontrarse "un poco mejor" y parece haber recuperado una cierta parte de su conocido carácter. Ahora que parece haber pasado lo peor, concluye: "¿Y qué es una raya más para un tigre?"