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"Alcanzaremos a cada, asesino", asegura Rabin tras el atentado suicida de Líbano

Los israelíes están de luto. Conmocionados e incrédulos tras el atentado suicida en el sur de Líbano que el pasado miércoles causó siete muertos y numerosos heridos entre miembros de su Ejército (Tsahal). "Hezbolá [Partido de Dios] que asumió la responsabilidad del ataque, solamente puede existir en un país como Líbano, sumergido en el caos total", dijo ayer el ministro de Defensa, Isaac Rabin, "Pero el hecho de que no haya ni ley, ni jueces, ni Gobierno, ni autoridades responsables no significa que exista impunidad para estos hechos. Alcanzaremos a cada asesino", añadió.

Rabin aseguró que "!os que envían coches bomba deben saber que pagarán un alto precio". A continuación, para destacar la importancia de la llamada zona de seguridad, establecida por Israel en el sur deI Líbano, el ministro de Defensa señaló: "Este atentado, tal vez, ha evitado una catástrofe al otro lado de la frontera en las localidades y pueblos de Galilea, en el mismo Israel".El jefe del Alto Estado Mayor, Dan Shomron, y el comandante del Frente Norte, el general Yosi Peled, admitieron que el Ejército israelí ha sufrido "un duro y doloroso golpe". Shomron ha pedido calma a quienes exigen represalias "terribles e implacables" e insiste en la necesidad de actuar "después de una reflexión profunda y de forma selectiva, con el fin de golpear al enemigo y a quienes les aportan ayuda y alojamiento". "Si replicamos de forma instintiva obtendremos un solo resultado: reforzaremos la cooperación de los habitantes del sur del Líbano con nuestros enemigos", añadió el jefe del Alto Estado Mayor israelí.

Según Shomron, son una "pequeña minoría" los que apoyan a los extremistas de Hezbolá e Israel los convertiría en mayoría "si tornara represalias Intempestivas e irreflexivas".

El ataque del miércoles ha sucedido después de un período de relativa calma. El último atentado en la zona se produjo el 17 de agosto del año pasado, cuando tres shiíes extremistas a bordo de un coche bomba trataron de introducirse en un campamento militar israelí y saltaron por los aires al explosionar el vehículo en la zona de seguridad.

Los comentaristas militares de la Prensa israelí exigen que se refuerce la vigilancia y que aumente el número de efectivos del Tsahal en la zona de seguridad. "No basta con reforzar el Ejército surlibanés del general cristiano Antoine Lahad. Ha de ser el Tsahal el que ha de encontrar una respuesta adecuada para evitar que en el futuro suceda una tragedia parecida", dice el editorial de Hadashoth.

Según los comentaristas, la finalidad del atentado del miércoles no era otra que desmoralizar al Ejercito israelí hasta el límite que le lleve a abandonar el sur de Líbano, obtener una publicidad máxima y recordarle a Israel y al mundo que, a pesar de los reveses sufridos por Hezbolá en los últimos meses, aún son capaces de "golpear con firmeza y hacer mucho daño a Israel".

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Ejército y Prensa extranjera

Por otra parte, la bala disparada por soldados israelíes e incrustrada en la pierna del fotógrafo de EE UU Neal Cassidy ha venido a empeorar las ya malas relaciones existentes entre el Ejército israelí y la Prensa extranjera desde que comenzó la revuelta en los territorios ocupados.Fuentes militares aseguran que el fotógrafo estaba dentro de una "zona peligrosa y cerrada a la Prensa", por lo que "el mismo se puso en peligro al colocarse detrás de los manifestantes que obligaban a los comerciantes a cerrar las tiendas y enviaban los niños a tirar piedras contra los soldados israelíes".

Cassidy afirma que los soldados se encontraban "a menos de doscientos metros" de donde él estaba y que "no había ninguna razón para disparar". Indica que los militares le pidieron que se fuera pero que éstos no pudieron mostrarle documento alguno que certificara que la zona estaba restringida para los periodistas.

El Gobierno nerteamericano se ha mostrado "muy preocupado" por el incidente y exige a las autoridades israelíes que curen apropiadamente al fotógrafo. Sin embargo, Cassidy se niega a ser trasladado a un hospital israelí e indica que se siente "mucho mejor" en el hospital árabe en el que ya le han extraido la bala de plástico de la rodilla.

Las autoridades israelíes lamentan haber herido al fotógrafo pero hacen hincapié en que la situación en Nablús está particularmente agitada. La revuelta se ha recrudecido tras la visita del ministro de Defensa, Isaac Rabin, a la ciudad.

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