La estructura de la fotosíntesis, hallazgo de tres científicos de la RFA
Tres investigadores alemanes occidentales, Johan Deisenhofer, de 45 años; Robert Huber, de 51, y Hartmut Michel, de 40 años, fueron galardonados ayer en Estocolmo con el Premio Nobel de Química 1988 "por la determinación de la estructura tridimensional de un centro de reacción fotosintética".
Los premiados lograron por primera vez explicar en sus más mínimos detalles cómo se construye una proteína de membrana, es decir, su estructura molecular, átomo por átomo. Este descubrimiento tiene una importancia considerable en el campo de la fotosíntesis. La estructura del centro de reacción es un instrumento indispensable a los teóricos de la química para comprender de qué manera la transferencia de electrones se puede hacer a una elevada velocidad en los sistemas biológicos.La proteína es sacada de una bacteria que, igual que las plantas y las algas, utiliza la energía solar para construir sustancias orgánicas. Toda la alimentación de los seres humanos tiene su origen en este proceso denominado fotosíntesis, condición indispensable para toda forma de vida sobre la tierra. Gracias al oxígeno del aire, transforman los alimentos a través de la llamada respiración celular.
La transformación de energía, tanto en la fotosíntesis como en la respiración celular, se hace por transferencia de electrones entre una serie de proteínas diferentes que están asociadas a membranas especiales. Este tipo de proteínas es dificil de obtener bajo una forma cristalina que es la que hace posible determinar su estructura.
Proceso de los electrones
Michel tuvo éxito en esta operación en 1982 y posteriormente, en colaboración con Deisenhofer y Huber realizaron la determinación de la estructura entre 1982 y 1985.En las bacterias la fotosíntesis es más simple que entre las algas y vegetales superiores, pero mediante los trabajos que ahora han sido premiados permitieron comprender mejor la fotosíntesis también en estos últimos organismos. Por la misma razón, se conoce mejor el proceso por el cual los electrones pueden, a una velocidad de billonésimas por segundo, transferirse en los sistemas biológicos.
Uno de los objetivos principales de la investigación actual es poder explicar la transferencia de electrones entre moléculas bioquímicas más complejas.
Los tres galardonados con el Nobel de Química formaban equipo hasta hace pocos meses en el Instituto Max Planck de Munich. Deisenhofer aceptó este año una oferta para trasladarse a Estados Unidos y trabaja actualmente en el Instituto Médico Howard Hughes de Dallas. Michel es director de investigación del Instituto Max Planck de Biofísica en Frankfurt, y Huber dirige el mayor organismo de investigación de la RFA, el Instituto Max Planck de Bioquímica, en Martinsried. Diesenhofer señaló ayer, desde su casa en Dallas, que continuará el trabajo por el que ha obtenido el galardón, ya que no está todavía terminado.
El premio no ha resultado totalmente inesperado, ya que tanto los galardonados como el propio Gobierno alemán reconocieron ayer que habían circulado rumores en este sentido.
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