Barreras que se cierran cada siete minutos
J. A. C., El paso de San Antonio de la Florida es uno de los de mayor intensidad circulatoria de la región. Las barreras suben y bajan cada siete minutos para permitir la libre circulación de 110 trenes y las maniobras de las máquinas que dan servicio a la estación del Norte. En una caseta de reducidas dimensiones, escasas condiciones y ajena a la tecnología punta cumplen sus ocho horas laborales los guardabarreras. En cada turno de trabajo habrán dado 160 vueltas a la manivela que alza o baja las barreras.
Durante este tiempo no pueden distraerse ni un minuto. Desde la estación no se avisa de la salida de los trenes. "Tenemos que estar pendientes, porque, aunque hay obligación de avisar, hay costumbres que se hacen leyes", dice uno de los trabajadores. Las comodidades de esta caseta se reducen a una silla. "Al servicio", añade, "tenemos que ir corriendo aprovechando algún intervalo largo en el que las barreras estén bajadas, y para combatir el frío tenemos una estufa de carbón que no se puede encender sin riesgo de intoxicarte".
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