El tren sigue atravesando varias calles del casco urbano madrileño
El tren continúa atravesando varias calles del casco urbano madrileño. Tres de los cuatro pasos a nivel que existen dentro de la capital están al menos dotados de barreras y vigilantes; pero todavía perdura uno en el que los viandantes, los automóviles y los trenes se entrecruzan libremente. En pleno casco histórico, en San Antonio de la Florida, 110 trenes atraviesan a diario una calle de gran tráfico y producen frecuentes atascos de más de 20 minutos. La situación no es mejor en el resto de la Comunidad, donde existen todavía 58 pasos a nivel.
Renfe ha comenzado a negociar con diversos organismos, como la Comunidad de Madrid, el Ministerio de Obras Públicas y algunos ayuntamientos de la región, la supresión de 20 pasos a nivel; pero el proyecto no es inmediato. Tiene un plazo de ejecución de 12 años y está evaluado en 2.000 millones de pesetas. Este mismo mes comenzarán las obras para eliminar los cruces del Polígono Industrial de Fuenlabrada.La rapidez en la ejecución del proyecto está condicionada, según Renfe, a la obtención de financiación, "para lo que hay que negociar con bastantes organismos". En concreto, el acuerdo alcanzado con la Comunidad de Madrid permitirá la eliminación de tres de los cuatro cruces que existen en los 3.000 kilómetros de la red de carreteras dependientes de la Administración autonómica. Las obras de supresión de dos de ellos, los ubicados en Meco y Fuenlabrada, comenzarán este mes, mientras que el situado a la entrada de Los Molinos ya tiene redactado el proyecto. El cuarto, en la línea de ferrocarril del Tajuña, que no depende de Renfe, está a la espera de un acuerdo de financiación.
De los 62 cruces a nivel que existen en las carreteras o calles madrileñas, 24 tienen vigilancia o barreras y 38 se encuentran sin ninguna clase de protección. Los pasos han desaparecido de las grandes carreteras, pero todavía son muchas las poblaciones que conservan al menos uno. Éstos pueden ser los de más difícil solución, ya que, según Ramón Escribano, jefe de pasos a nivel de Renfe, "el urbanismo ha invadido muchas de estas zonas".
El ya tradicional paso a nivel de San Antonio de la Florida, que conecta la avenida de Valladolid con el paseo de Rosales, por donde circulan diariamente 110 trenes y 1.000 coches, tiene difícil solución, según Escribano. Un paso elevado no encaja con el entorno -debería realizarse entre las dos ermitas- y uno subterráneo tendría rampas con un excesivo desnivel.
Pasos a nivel
El contorno urbano de Madrid conserva otros tres pasos a nivel. El paseo de la Esperanza, en pleno barrio de Embajadores, está dividido por el cruce de línea de mercancías y maniobras. Este paso, con barrera y vigilante, desaparecerá con la ejecución del cinturón verde de Madrid.En Villaverde Alto, junto a la Ciudad de los Angeles, se encuentra un paso a nivel sin protección que cruza una línea ferroviaria de uso exclusivo de la empresa Talbot. En este punto, según CC OO, este verano se produjo un accidente mortal al ser arrollado un vehículo.
El último paso a nivel de los que todavía sobreviven en Madrid capital se encuentra cerca del apeadero de los Ángeles, en Villaverde Bajo. Este paso, que se encuentra cerrado en la actualidad, será anulado con la construcción de un paso inferior.
Renfe también ha iniciado conversaciones con otros municipios. El paso situado en el Camino del Cementerio, en Alcalá de Henares, por donde circulan diariamente 142 trenes, deberá esperar a la ejecución del proyecto de desdoblamiento de la línea férrea Madrid-Alcalá. Para suprimir los dos de Getafe, Ayuntamiento y Renfe han acordado la realización de un paso superior y fundir los dos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.