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Tribuna:REFLEXIONES EN TORNO AL V CENTENARIO
Tribuna
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El principio de la miseria

El autor del artículo analiza la postura de los indígenas americanos ante el descubrimiento de América, basándose para ello, esencialmente, en documentos y textos de la jerarquía eclesiástica católica. Una visión que arranca históricamente en los escritos del dominico español Bartolomé de las Casas y llega hasta nuestros días. El rechazo a las conmemoraciones oficiales es total.

En teoría, aceptamos las limitaciones y parcialidad del conocimiento humano: "Todo es del color del cristal con que se mira". Pero, en la práctica, es muy frecuente que nos hagamos totalitarios y, quizá inconscientemente, presentamos nuestra visión como si fuera la visión global y objetiva de la realidad.Al reflexionar sobre el significado del V Centenario del Descubrimiento y Evangelización de América ("encuentro de culturas", según se dice ahora), pretendo ser conscientemente parcial, reflexionar aquel acontecimiento desde la perspectiva del vencido, del indígena de hace 500 años y del indio actual.

Para conocer la impresión que causó a los indígenas nuestro descubrimiento, veamos algunos testimonios de aquellos tiempos. Un misionero dominico español, Bartolomé de las Casas, describe en estos términos la conquista de Guatemala: "De infinitas obras horribles, que en Guatemala hizo este infeliz malaventurado tirano -Alvarado- y sus hombres... Estuvieron en estas carnicerías inhumanas cerca de siete años" (Brevísima relación de la destrucción de las Indias).

Los sacerdotes indígenas describen así la nueva situación: "Preparaos a soportar la carga de miseria que viene a vuestros pueblos... Los ,muy cristianos llegaron aquí con el verdadero Dios; pero ése fue el principio de la miseria nuestra, el principio del tributo, el principio de las peleas con armas de fuego, el principio de los atropellos el principio de los despojos de todo, el principio de la esclavitud por las deudas, el principio del padecimiento. Pero llegará un día en que suban hasta Dios las lágrimas de sus ojos y baje la justicia de Dios de un golpe sobre el mundo" (Chilam Balam).

Los cronistas de Perú señalan: "Cómo después de haber conquistado y de haber robado, comenzaron a quitar las mujeres y las doncellas y violarlas por fuerza y, no queriendo, las mataban como a perros y castigaban sin temor de Dios ni de la justicia. No había justicia" (El reverso de la conquista).

Para conocer la situación de los indios actuales, veamos lo que dicen los obispos de Guatemala en una pastoral colectiva fechada el 29 de febrero de 1988: "El clamor por la tierra es, sin duda, el grito más fuerte, más dramático y más desesperado que se escucha en Guatemala. Brota de millones de pechos guatemaltecos que no sólo ansían poseer la tierra, sino ser poseídos por ella". "Son como forasteros en la tierra que les perteneció por milenios, y se les considera como ciudadanos de segunda clase en la nación que forjaron sus colosales antepasados".

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El origen del problema

Y para que no queden dudas sobre el origen de este problema, los obispos precisan: "La situación actual tiene su origen básica e históricamente en el régimen de tenencia de la tierra impuesto desde los lejanos días de la colonia".

Hablando de la marginación que sufren los campesinos e indígenas, lo obispos añaden: "A la inmensa mayoría no llega ninguno de los bienes y servicios que el Estado tiene la obligación de proporcionar a todos los guatemaltecos: ni escuela primaria ni educación no formal; ni asistencia sanitaria ni seguridad social alguna; ni vivienda que llene las mínimas condiciones de higiene y dignidad".

"Ver al campesino o al indígena vestido con harapos, enfermo, sucio y menospreciado nos parece lo más natural".

Continúan los obispos hablando de la emigración, el refugio, las matanzas y muchos problemas más. Me he alargado en transcribir estas referencias de los obispos guatemaltecos por dos motivos: primero, porque los obispos en su conjunto no pueden ser tachados de extremistas radicales por nadie, y, en segundo lugar, porque sus palabras reflejan exactamente la situación de los millones -quizá 40- de indios esparcidos por el continente latinoamericano.

Pero volvamos al V Centenario. ¿Qué piensan de él los indígenas y los agentes de pastoral cercanos a ellos?

La inmensa mayoría de los indígenas actuales viven en tal grado de marginación y, por consiguiente, ignorancia, que no saben ni que fueron descubiertos, ni conquistados, ni civilizados. El reducido número de personas más enteradas tienen, en general, una actitud muy crítica, a veces agresiva, frente al acontecimiento. Algunos ejemplos:

Con motivo de unas matanzas de indígenas en la región de Ayacucho, el Consejo Indio de Suramérica leyó una declaración ante las Naciones Unidas, el 6 de marzo de 1985, en la que decían: "Si existieran las posibilidades de trasladarnos, a través del tiempo y del espacio, a los primeros años de la invasión de lo.s españoles a nuestra tierra llamada América, acompañados de la Carta Universal de los DerechosHumanos, de las Naciones Unidas y de los miembros de las organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos, con plena seguridad que se condenaría universalmente al Estado español y a la Iglesia católica por sus atrocidades genocidas sobre los pueblos indios de las Américas".

Conciencia histórica

El cardenal Gantín, presidente de la Comisión Pontificia para Latinoamérica, estaba presente en Naciones Unidas; obviamente preocupado por aquella intervención, solicitó por medio de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM), que todos los episcopados realizasen consultas para conocer el sentir de la población, sobre todo indígena, en torno a la problemática de los 500 años de evangelización. Respondiendo a esta invitación, en México se reunieron, de¡ 21 al 24 de abril de 1987, 46 indígenas representando a 20 etnias, 22 agentes de pastoral (sacerdotes y religiosas) en su mayoría indígenas y cinco obispos. Después de tres largos días de trabajo y reflexión, llegaron a los siguientes acuerdos:

"Que no se celebren los 500 años con ninguna fiesta. Que la conmemoración sea, más bien, pidiendo perdón a los indígenas por todo lo, que pasé. Que la Iglesia luche con más fuerza para rescatar todo lo robado a los indígenas: tierra, organización civil, cultural, libertad... Ayudar a nuestro pueblo a recuperar su conciencia histórica. Lo de los 500 años recordarlo como un vía crucis o un Viernes Santo".

En la presentación que hace de este trabajo la comisión episcopal mexicana para los indígenas, afirman: "Sentimos nuestra la amargura con la que ustedes ven su realidad de estos 500 años ... ; todo esto demuestra claramente que no hemos logrado una evangelización verdadera ... ; no es un deshonor que nosotros como Iglesia reconozcamos lo que hemos hecho mal; sólo así podemos aceptar la responsabilidad del futuro... Este arrepentimiento lo queremos hacer como un signo de que algo nuevo está naciendo en la Iglesia" (500 años de evangelización, páginas 7 y 9).

La Il Consulta Ecuménica de Pastoral Indígena, celebrada del 30 de junio al 6 de julio de 1986 en Quito, expresó su rechazo ' a la celebración del V Centenario manifestando: "Queremos gestionar ante la ONU que se declare 1992 como el año de las nacionalidades indígenas".

Por último, los representantes de los refugiados en México, con fecha del 6 de julio de 1988, proclaman: "Desde el 12 de octubre de 1492 hasta nuestros días, seguimos sufriendo esta situación de despojo, esclavitud y desprecio. Como prueba de esto, más de 100.000 indígenas guatemaltecos nos vimos obligados a abandonar nuestro lugar de origen, por la represión del Gobierno y su ejército en 1982, y buscar refugio en otros países". "Nosotros, como refugiados, pedimos una respuesta positiva al Gobierno de Guatemala a nuestras peticiones (regresar a nuestras tierras, seguridad para nuestras vidas y presencia de testigos internacionales) para poder regresar pacíficamente a nuestra patria, y pedimos solidaridad a todos los pueblos y Gobiernos del mundo para que podamos regresar sin peligro de nuestras vidas... Es muy triste, para nosotros, que se hable de celebrar fechas mientras nosotros seguimos sufriendo la injusticia, la explotación y el destierro".

En la misma línea se manifiestan el Movimiento Cooperativista de Guatemala (MCG), el Comité Campesino del Altiplano (CCDA) y el Comité de Unidad Campesina (CUC), los cuales, en un comunicado conjunto fechado el 10 de agosto de 1988, denuncian: "Durante 500 años hemos,resistido a la injusticia y la barbarie de los opresores. Hoy, en 1988, nos están atropellando de la misma manera como lo hicieran con nuestros antepasados. Proponemos lograr que - 1992 sea declarado Año Intrnacional de Solidaridad con la Lucha y la Resistencia de los Pueblos Indios, y un año de homenaje a los dirigentes indígenas de América que han derramado su sangre por la libertad, lajusticia y la paz de sus pueblos".

Decididamente, mi enfoque puede resultar parcial. Otros se encargan y encargarán de resaltar aspectos, así llamados "más positivos". Pero no nos olvidemos de la célebre frase del gran pensador cubano: "Mientras el indio no camine, América no andará" (José Martí).

Jorge Martínez es un misionero español, procedente de la diócesis de Asturias, que lleva siete años trabajando con indios y campesinos guatemaltecos, primero en Guatemala y desde 1983 en México con los refugiados.

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