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Crítica:FLAMENCO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Decepcionante Mario Maya

Yo no sé si el Tiempo, amor y muerte que hemos visto ahora en Sevilla es realmente la obra que Mario Maya quería hacer o, por el contrario, le ha salido otracosa totalmente distinta. En cualquier caso, cuesta creer que esta obra esté firmada por el mismo genio creador de Camelamos naquerar, ¡Ay, jondo... ! o El amargo.La idea es ambiciosa, pero nada de lo que se expresa en la literatura del programa tiene su traducción adecuada a la danza. Las evoluciones de grupo en el primer acto pueden expresar el tiempo o cualquier otra cosa, pues realmente es muy dificil Sencontrar en esas evoluciones" un signo conceptual definitorio. El amor se presenta en dos secuencias, calificadas como romántica y tópica; la primera es un pas de deux, sin más; la segunda, una parodia del amor a la española que no encaja de ninguna manera en el contexto general de la obra y llega a parecer impertinente. La muerte no se representa con el tópico duelo navaja en mano entre dos hombres, pero sí con la no menos tópica muerte del maletilla en las astas de un toro de noche alunada; aquí, hacia el final, se echa mano incluso del recitado para explicar algo que en danza hay que explicar bailando, porque otra cosa supone siempre incapacidad.

Tiempo, amor y muerte

Mario Maya, con su compañía de danza. Música: José Antonio Rodríguez. Coreografía y dirección: Mario maya. V bienal de Arte Flamenco. Teatro Lope de Vega, Sevilla, 11 de octubre

En fin, que a la hora de hacer balance nos encontramos con casi nada entre las manos, un naufragio del que sólo se salva la hermosa música de José Antonio Rodríguez. Los corteses aplausos con que el público acogió la obra no tuvieron nada que ver con las clamorosas ovaciones que mereció Maya en su antológico baile por martinetes de la segunda parte, y esto debe hacer reflexionar a uno de los artistas fundamentales del arte flamenco actual.

Porque esta segunda parte, titulada Los cabales, nos reconcilió con él y con foda su gente, nos devolvió nuestro jondo entrañable, convencional si se quiere, y tópico, pero emocionante, intenso, bellísimo. A partir de él se pueden inventar vías de expresión distintas, inéditas, que representen avance y evolución, pero será muy dificil llegar a algo realmente válido si se olvidan las esencias de lo genuino flamenco. Mario Maya supo encontrar esas vías, con genio y con duende, en anteriores ocasiones. En ésta me temo que no.

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