Los laboristas británicos mantienen el desarme nuclear unilateral
Neil Kinnock sufrió ayer un serio revés en sus proyectos de modernización de la oferta laborista cuando el congreso del partido insistió en mantener el desarme nuclear unilateral como única vía para la eliminación de las armas atómicas del arsenal británico. Kinnock deseaba que las negociaciones bilaterales y multilaterales también fueran asumidas como legítimas por sus correligionarios. La dirección del partido, no obstante, dice que habrá que esperar al año que viene para ver cómo queda definitivamente diseñada la política de defensa laborista.El debate de ayer era uno de los más esperados del actual congreso, en el que Kinnock pretende sentar las bases de un futuro programa electoral atractivo para los británicos. El unilateralismo nuclear no cuenta con suficiente seguimiento en el Reino Unido, y a él se atribuyó buena parte de la derrota sufrida por el Partido Laborista en los últimos comicios. Kinnock, que busca por todos los medios convertirse en una alternativa creíble a Margaret Thatcher, ha optado por asumir una posición no maximalista en defensa y abandonar el "algo por nada" unilateralista.
Flexibdización
El congreso, sin embargo, se ha negado a aceptar la flexibilización de un principio muy arraigado en el partido y ayer se lo hizo saber estruendosamente a Kinnock. La discusión estuvo intensamente polarizada entre los posibilistas, que quieren valerse de las armas nucleares como un elemento negociador, y los fundamentalistas, que no quieren arropar el desarme nuclear con otras ambiciones.
El más destacado portavoz de esta posición fue Ron Todd, líder del mayor de los sindicatos británicos, que ya dos días antes había acusado a Kinnock de estar dispuesto a entregar demasiados principios socialistas por las lentejas del poder. El congreso no quiso oír a quienes abogaban por una política aceptable para el electorado como paso indispensable para llegar al Gobierno y más tarde deshacerse de las armas nucleares.
El único consuelo que puede obtener la dirección laborista es que su propuesta fue derrotada por sólo un 5% del total de los votos, lo que le permite confiar en que el año que viene pueda imponer su criterio. Para ella, el solo hecho de que se haya discutido el unilateralismo y que el margen de rechazo haya sido tan estrecho significa que el partido se mueve en la buena dirección.
Los pragmáticos hacen notar que el pasado congreso decidió constituir comisiones para revisar la oferta laborista y que la que analiza la estrategia de defensa debe informar el próximo año. Gerald Kaufman, responsable de Exteriores en el Gobierno en la sombra, dijo ayer que esta comisión que él preside no va a estar sometida acríticamente a la decisión del congreso. Roy Hattersley, vicelíder del partido, fue menos beligerante y prometió que la voluntad de la asamblea reunida en Blackpool no será traicionada.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.