El voluntariado de prisiones pide un estatuto a obispos y Administración
El II Congreso de Pastoral Penitenciaria ha urgido a la Conferencia Episcopal y a la Administración a que regule las actividades del voluntariado cristiano, según la conclusiones de las sesiones que finalizaron ayer en Barcelona. Los asistentes al congreso, que ha sido organizado por la Comisión de Pastoral Social y los padres mercedarios, han solicitado asimismo que se pase del concepto capellán de prisiones al de capellanía, cuya coordinación, como sucede en otros países europeos, puede recaer en religiosos o seglares y no necesariamente en un sacerdote.El voluntariado cristiano cuenta en la actualidad con unos efectivos de 208 hombres y 229 mujeres en 26 centros penitenciarios de los 86 existentes en España, según una encuesta realizada recientemente. La mayoría de los sacerdotes de estos centros no son partidarios de que mujeres o laicos asuman la coordinación de las capellanías. La Conferencia Episcopal tampoco ha dado un decidido impulso para llevar adelante lo que en otros países como Francia o la República Federal de Alemania han realizado en este sentido los propio obispos.
Solidaridad
Los asistentes a las sesiones de Barcelona afirman que su función "no es sólo un deber cristiano, es un derecho de solidaridad ciudadana, cuyo ejercicio no puede ser prohibido sino facilitado e incluso requerido en un Estado de Derecho". Las conclusiones de estas sesiones, que se han desarrollado desde el pasado martes en el seminario de Barcelona, proponen que se busquen alternativas a la pena de prisión, "que lejos de disuadir, reafirma y hace avanzar el delito; si la sociedad quiere la reinserción social del delicuente que sun prima la prisión y ensaye otras vías", se añade en el texto final."Pedimos a las instituciones públicas que más que la construcción de cárceles de máxima seguridad, más seguras y a veces más inhumanas que las antiguas, lo se precisa son hombres nuevos bien formados y con verdadera vocación penitenciaria y leyes nuevas fundamentadas en el valor de la persona humana y estructuras nuevas", aseguran en el comunicado final los asistentes al congreso, que consideran de la máxima urgencia la firma del acuerdo sobre asistencia religiosa en las prisiones entre la Iglesia y el Estado.
El cardenal arzobispo de Barcelona, Narcís Jubany, clausuró ayer las sesiones de este segundo congreso con la lectura de una exhortación pastoral con motivo del centenario de la coronación de Nuestra Señora de la Merced. El cardenal recordó que hace 100 años la imagen había sido coronada con plata maciza respondiendo al ambiente de grandeza y expansión que se respiraba en la Barcelona de la Exposición Universal de 1888. Ahora, en las actuales circunstancias, la corona "no puede ser otra que la de la solidaridad humana y cristiana".
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