Atropellado dos veces
Quiero explicar la historia de dos atropellos. El primero causado por un Volkswagen alemán, y el segundo, por parte de la Administración de justicia. El accidente de tráfico, por parte del alemán, me supuso estar 200 días de baja a causa de una fractura en la pierna. El accidente de la justicia me supone olvidar amistosamente estos 200 días. Quiero decir que después de un año y medio de haber sufrido el accidente -un año y medio es un tiempo razonable- me comunica el Juzgado de Primera Instancia de Sant Feliu de Guíxols que tienen mucho trabajo y archivan mi causa. Todos tan amigos y aquí no ha pasado nada. El comunicado dice textualmente: "Las diligencias tramitadas por la presunta falta en cuestión se han visto paralizadas desde el 7 de marzo de 1988 al 27 de junio de 1988 con motivo del exceso de trabajo existente en este juzgado, siendo imposible materialmente, no sólo la vista oral en el plazo legal previsto, sino también poder realizar las denominadas diligencias de recuerdo en su día. Habiendo, pues, transcurrido más de los dos meses previstos en el Código Penal, Art. 113, para considerar prescrita una falta, procede a apreciar la prescripción que supone la extinción de la responsabilidad criminal".
¡Genial!, como tienen mucho trabajo no aplazan el juicio, ¡¡lo archivan!!. Un modo muy efectivo de cargarse "el exceso de trabajo existente en este juzgado". No sé cómo se sacan los excesos de trabajo los jueces de cualquier país tercermundista, pero me parece que el método del Juzgado de Sant Feliu de Guíxols es el más efectivo y digno de tomar como ejemplo en cualquier otro trabajo.
¿Qué debo hacer? ¿Reir?, ¿llorar?, o me dedico a embestir a la gente rambonianamente sabiendo que en el juzgado tienen demasiado trabajo como para decirme: "Esto que haces está feo".-
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