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Reportaje:

Hijos de Caín

La policía ha aclarado 21 de los 40 asesinatos que se han cometido en Madrid en lo que va de año

Durante el presente año se han producido en Madrid 40 asesinatos, de los que la policía ha logrado aclarar 21. El caso de mayor impacto en la opinión pública fue el del triple crimen de la calle de Sainz de Baranda. El último esclarecido ha sido el estrangulamiento de una mujer a manos de su cuñado. Unos criminales actuaron movidos por el ánimo de lucro y otros lo hicieron por causas más complejas. Pero unos y otros actuaron como hijos de Caín.

Diez de los asesinatos registrados en lo que va de año fueron consecuencia de sirlas (atracos), cuyos autores no tenían la intención de matar a su víctima. La muerte de estas personas fue una especie de accidente, puesto que entre el agresor y el agredido no existía la más mínima relación.Cuatro de los homicidios relacionados con asaltos callejeros fueron aclarados por la policía tras detener a sus autores. Sin embargo, aún no han sido identificados los asesinos de las otras seis personas, entre las que se encuentran el pintor muralista Contreras, un practicante acuchillado en su consulta del Rastro y un guardia civil muerto por navajeros en un pasadizo de la calle de Cebreros.

"Los asuntos más importantes han sido resueltos", dice el inspector Dionisio Navas, jefe del Grupo de Homicidios de Madrid. "Los no resueltos", añade, "son aquellos en que el móvil no está claro. Cuando la relación entre víctima y asesino es ocasional, las pesquisas son muy difíciles".

Otras veces, la complejidad de la investigación reside en la falta de conocimiento sobre la vida y actividades de la víctima. Tal es el caso de dos ciudadanos de Sri Lanka (antiguo Ceilán), uno de los cuales fue asesinado en el mes de abril en la calle del Prado, y el otro, en junio, en la calle de Las Fuentes. Ambos orientales, relacionados con la guerrilla tamil, murieron por disparos efectuados con la misma pistola. Pero eso es lo único que se sabe hasta ahora.

El suceso sangriento más resonante de 1988 fue, sin duda, el triple crimen del número 50 de la calle de Sainz de Baranda, donde el matrimonio norteamericano Gadner y su sirvienta, Benita Carretero, murieron, cosidos a cuchilladas, el 24 de enero.

Apenas 10 días después del múltiple asesinato, la policía detuvo a Francisco Sánchez Medina, de 28 años, y a María de los Ángeles Carretero López-Roso, de 22 años, sobrina carnal de la sirvienta.

La pareja de presuntos homicidas, adicta a la heroína, acudió a la vivienda para que Benita Carretero les diera dinero para comprar droga. Cuando se negó a tal pretensión, su sobrina y el novio cometieron la carnicería. Después robaron dinero y un lote de joyas, parte de las cuales empeñaron en una casa de compraventa.

Vídeo sangriento

El triple crimen conmocionó a la opinión pública y a los policías encargados de la investigación. Tras la detención de los presuntos autores, los inspectores quedaron sobrecogidos sobre todo por la frialdad de la sobrina de la sirvienta.

María de los Ángeles Carretero, después de confesar su implicación en los hechos, pidió ver la película de vídeo grabada por la policía en el escenario del crimen. A pesar de la dureza de las imágenes, debido al estado de los cadáveres, la joven pretendió rememorar lo ocurrido. Perplejo y desconcertado, el jefe de la Brigada Judicial se negó a ello.

Los 14 inspectores del Grupo de Homicidios -entre ellos, una mujer- han logrado resolver hasta el momento 21 de los registrados en Madrid. Entre los casos pendientes está el asesinato de la vidente María Blanca Suárez, ocurrido hace un mes en su casa de la calle de Abtao. La autora del crimen, que empleó un mazo de almirez para destrozar el cráneo de la víctima, fue una mujer con voz de hombre, aún sin identificar.

Otro de los asuntos que fue especialmente importante para la Brigada Judicial de Madrid fue el asesinato de uno de sus miembros, el comisario Gregorío García, que murió a tiros en la calle del Capitán Haya. Posteriormente fueron detenidos unos atracadores por su presunta implicación en el hecho.

"No existe el crimen totalmente perfecto", asegura el inspector Navas. "Hay crímenes perfectos desde el punto de vista legal, es decir, aquellos en que el autor no puede ser detenido por falta de pruebas, pese a que la policía esté convencida de su culpabilidad".

El Grupo de Homicidios, que se creó dentro de la Brigada Judicial en el año 1983, tropieza con "la dificultad de que es muy difícil investigar en Madrid, una ciudad de cinco millones de habitantes y una gran población flotante. En las capitales pequeñas es más fácil controlar a los delincuentes", señala el jefe de la unidad. Las pesquisas que hay actualmente en marcha hacen que la policía asegure que tiene confianza en que antes de que acabe el año logrará aclarar varios de los casos pendientes.

El Grupo de Homicidios se ocupa también de todos los delitos contra las personas (secuestros, violaciones, agresiones, etcétera). Este año tan sólo se ha registrado el secuestro del joven Alfonso Llavona Campos, el 18 de febrero, que fue rescatado por la policía de manos de sus captores.

Hasta ahora se han contabilizado 73 violaciones, de las que la policía ha aclarado 16, y 90 abusos deshonestos, de los que los agentes han determinado la autoría de 11 casos. Durante estos meses "no se ha detectado a ningún violador repetitivo", según el inspector Navas, mientras que en 1987 fue famoso el denominado violador del Vespino, al que se le imputaron cerca de 20 ataques.

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