Expectativas de que la oposición moderada entre en el Gobierno polaco

La dimisión del Gabinete de Zbigniew Messner, aprobada el pasado lunes por el Parlamento polaco con 359 votos a favor, uno en contra y 17 abstenciones, abre la posibilidad de que en el futuro Gobierno "entren representantes de la oposición moderada", manifestó ayer Jerzy Urban, portavoz del Gobierno.Urban, que realiza una visita oficial a Austria, declaró a la Prensa de ese país que el partido comunista (POUP) quiere ampliar la base política del futuro Gobierno. Urban representa ahora a un Gobierno provisional que ejercerá sus funciones hasta la próxima sesión del Parlamento, prevista extraoficialmente para el 28 de septiembre.

Estas declaraciones de Urban coinciden con la opinión presentada en el Parlamento por una comisión encargada de evaluar la labor del Gobierno en los últimos meses. La comisión constató que el Gobierno de Messner "había perdido en gran medida su credibilidad, sin la cual no es posible continuar la reforma económica", y manifestó que son necesarios "profundos cambios en la composición del Gobierno" y ampliarlo "a especialistas competentes (...) que desde hace mucho tiempo critican la forma de realizar la reforma".

Estos días, el problema de la credibilidad del Gobierno, y de las autoridades en general, parece ser de fundamental importancia para que Polonia pueda salir de la crisis económica y política. Según el primer ministro cesante, la profunda reforma de la economía y del Estado no puede llevarse a cabo "sin importantes costes económicos y sociales". Esta opinión parece compartirla gran parte de la cúpula dirigente del partido, que, sin embargo, tiene que luchar contra la resistencia que ofrece el aparato medio, temeroso de perder sus posiciones privilegiadas por eventuales cambios en la estructura de la economía. Mediante el cambio del Gobierno y el proyecto de una mesa redonda con la oposición en la que se discutirían el futuro de Solidaridad y cambios estructurales en el sistema político, las autoridades buscan apoyo de la oposición que ellas mismas denominan como constructiva, o sea, la que no cuestiona el papel dirigente del partido.