Mareados al arrancar
Las estaciones de autobuses de la ciudad suelen reunir pésimas condiciones
"Sí,sí, a las estaciones de autobuses de largo recorrido en Madrid se las puede llamar todo lo que se quiera. Incómodas, agobiantes, tercermundistas, cutres...". Son palabras dichas por uno de los principales responsables del Consorcio Regional de Transportes, organismo encargado de la organización de los transportes en la región. El panorama queda diseñado por el caos que ocasionan los autobuses en las calles estrechas donde están ubicadas aquéllas, la saturación o las exiguas condiciones de comodidad ofrecidas a los viajeros.
Las críticas siempre han tenido como diana predilecta la Estación Sur, situada en la calle de Palos de la Frontera. José Luis Pertierra, director de la Federación Nacional Empresarial de Transporte en Autobús, opina la estación resulta "claramente insuficiente para el volumen de usuarios y empresas que acoge".La Estación Sur ocupa 26.500 metros cuadrados, da cabida a 31 empresas de transporte, con destinos nacionales a 25 provincias e internacionales a 9 países. Las cifras de utilización en 1987 son exageradamente altas: una media diaria de 1.125 autobuses y 25.0100 viajeros.
La congestión quizá sea su principal lastre. Pero desde la propia dirección del centro se reconocen otros problemas graves, tales, como la dificultad para acceder a los autobuses por la situación de la estación entre calles con mucha densidad de tráfico; la alta contaminación por humos existente en los andenes de los sótanos; la delincuencia sentida en las numerosas sustracciones de carteras y robos de equipajes, y la suciedad de las instalaciones, achacada al poco civismo de los usuarios.
"Se trata de una estación con 18 años de antigüedad, que fue una de las pioneras de España. Las construidas después han podido mejorar sus instalaciones y servicios en aspectos puntuales. Pero en conjunto, sigue estando no sólo a la altura de ellas, sino, en la mayoría de los casos, por encima de las de otras ciudades", dice Emilio Jiménez, administrador de la estación.
Las dos estaciones de la empresa La Sepulvedana, con destinos a Andalucía, Extremadura, La Mancha y Segovia, no presentan un cuadro clínico más halagüeño. Situadas en el Paseo de la Florida, 11 (3 plantas de 1.500 metros cuadrados cada una, media diaria de 4.000 viajeros) y en la calle de Palos de la Frontera, 16 (3.000 metros cuadrados con una media diaria de 1.500 viajeros), ambas presentan unas imágenes desoladoras de las naves para vehículos y de las salas de espera para los viajeros.
La calle, tomada
Continental Auto, con destinos a la mitad norte de España, tiene sus instalaciones desde 1941 cerca de la glorieta de Cuatro Caminos, en la estrecha calle de Alenza. Esta vía, de un solo sentido, queda literalmente tomada a ciertas horas del día por taxis y personas que llegan a recibir o despedir a los viajeros.
José Ángel Valdemoro, jefe de servicios de la empresa, consciente de estos conflictos, anunció el traslado a una zona del norte de Madrid más despejada y donde puedan disponer de más espacio. "La actual estación cuenta con 5.000 metros cuadrados, y necesitaríamos unos 20.000", afirma Valdemoro.
Como excepción, Auto-Res, que cubre las rutas de Extremadura, Zamora, Salamanca y la costa valenciana, dispone de una estación junto a la plaza del Conde de Casal reconocida por todos los demás como las más decente.
Un plan para cuatro años
La opinión del sector empresarial es unánime al señalar que Madrid necesita un plan global de estaciones de autobuses de largo recorrido. Para la Federación Nacional de empresarios, la ciudad debiera tener una gran estación en cada punto cardinal, así como intercambiadores para las líneas de cercanías en las salidas por cada carretera nacional.Por ese camino andan los planes del Consorcio Regional de Transportes para los próximos cuatro años, que supondrán un cambio total respecto a la situación actual. Julián Revenga, director gerente del consorcio, reconoce que el asunto ha estado hasta ahora muy dejado a la improvisación".
Existen en proyecto dos grandes estaciones: una en el Sur, en Méndez Álvaro, y otra en el Norte, junto a la estación ferroviaria de Chamartín. La primera, que está a la espera de la adjudicación de obras, contará con 40 dársenas y 1.500 millones de inversión. A ella irán todas las empresas que cubren rutas de largo recorrido en la mitad sur de España; con lo que la actual Estación Sur será dedicada para otros menesteres. Se han barajado diversas posibilidades, desde parque de bomberos, hasta estación para líneas de cercanías. La inaguración de la de Méndez Álvaro está prevista para mediados de 1990.
La estación de Chamartín aún no dispone de proyecto. Actualmente se está en fase de: aprobación definitiva del Plan Especial de Reforma Interior de la zona. Atenderá las necesidades de las empresas que cubren los enlaces con la mitad norte del país.
Respecto a las líneas de cercanías, antes de cuatro años estará abierto un intercambiador junto a la estación ferroviaria de Príncipe Pío. A él llegarán las líneas de Alcorcón y Móstoles. El nudo se complementará con estaciones del metro correspondientes a las líneas 10 (Alonso Martínez-Aluche) y 6 (Ciudad Universitaria- Laguna), que serán ampliadas.
Progresivamente se irán abriendo terminales de corto recorrido, una por cada carretera nacional, con el fin de facilitar el trasvase de viajeros desde el autobús al metro. Los beneficiados serán los 300.000 viajeros diarios que utilizan las líneas de cercanías que desembocan en Madrid.
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