'La chulapona' inicia la temporada del Teatro Lírico Nacional

Con la reposición de La chulapona, uno de los títulos representativos de Federico Moreno Torroba en particular, y de la zarzuela madrileña de los años treinta en general, comienza la nueva temporada del Teatro Lírico Nacional de la Zarzuela. Dentro de unos días, los conciertos estarán en el nuevo Auditorio Nacional de Príncipe de Vergara, obra de García de Paredes, y, cuando queramos recordar, el Teatro Real quedará reconvertido en lo que siempre fue -salvo el período 1966-1988 y los largos años de clausura-: la Opera de Madrid.

Todavía cubre la zarzuela todas las posibilidades líricas, y lo hace con exigencia y rigor. Un ejemplo: la ilusión que muestra Gerardo Mallo al montar La Chulapona, programada hasta finales de octubre. Una campaña de ballet a cargo del Teatro Lírico, con Maya Plisetskala, del Nacional, que dirige José Antonio, con Antonio Gades en Bodas de sangre. Y, dentro del Festival de Otoño, la Compañía de la Opera de Lyon, en un repertorio que, musicalmente, va de Bach a Philip Glass.El día 13 de enero se inicia la campaña ópera 89, con Don Juan, de Mozart, garantizado por la batuta de Ros Marbá, la escena y figurines de Mario Bernedo y la dirección de Mario Corradi, con un reparto de gran atractivo: Wolfgang Brendel, Faye Robinson, Katia Ricciarelli, Carmen González, Gösta Winberg, Jaakko Ryhánen y Francesco Ellero.

En producción de la ópera de Nantes, subirá a escena, en enero, el Werther, de Massenet, protagonizado por Francisco Araiza, con Doris Soffel, Eva Lind y Saecomani. Dirección escénica de Pierre Constan y musical de Miguel Ángel Gómez-Martínez.

Para marzo, nuevo triunfo -asegurado de antemanode Alfredo Krauss, Patricia Wise y John Rawnsley en Rigoletto, en producción de La Zarzuela, con José Collado en el podio. Otro divo español, Plácido Domingo, acompañado de Tenatta Scotto, repondrá Fedora, de Giordano, en el montaje del Liceo de Barcelona, a cargo de Giusseppe de Tomasi en lo escénico y Armando Gatto en lo musical.

Vuelve Montserrat Caballé y no para bel cantismo, sino como Isolda en el Tristán wagneriano, el mes de abril. Hará dúo con la cantante catalana Richard Versalle, y la responsabílidad escénica y musical la asumen Emilio Sagi y Peter Schneider. La Brangaene contará con Brigitte Fassbaender y los escenarios son de Toni Businger. Se trata de una coproducción Leceo-Zarzuela.

Producida por la ópera Nacional Escocesa, en 1982, la versión que presenta el Teatro Lírico Nacional en junio estará llevada por Miguel Angel Gómez-Martínez y Goran Jarvefelt, y en el reparto figuran Luis Lima (Gustavo III), María Chiara, Elena Obratsova y Juan Pons. Un cast de primera categoría. Para final de temporada, la siempre problemática -escénicamente- Atlántida, de Falla-Halffter, que por vez primera se escenifica en Madrid (después de las versiones de Milán, Buenos Aires y Berlín). Antes (marzo), la Sala Olympia abrirá nuevamente sus puertas a un autor joven, esta vez Alfredo Aracil, con su Francesca o el infierno de los enamorados, sobre libro de Luis de Merlo basado en la Divina Comedia, de Dante, que encarnará, doblado en Paolo, Manuel Cid, mientras Carmen González será Francesca, y Luis Álvarez,Virgilio. Constituye un hit de la temporada el recital, tan esperado, de José Carreras, el día 8 de abril, antecedido por la actuación en concierto de Leona Mitchell (10 de marzo) y seguido por la del barítono Thomas Allen (24 de mayo).