Muchos piropos y ninguna novatada en la primera semana de mujeres en los cuarteles
Nueve mujeres viven desde hace una semana en la Academia de suboficiales de Talarn (Lérida). Durante su primera semana de estancia en el centro militar la experiencia ha sido positiva para todas y todos. Hombres y mujeres se han cruzado en diversas ocasiones piropos con sus compañeros, a los que califican de chicos encantadores y maravillosos". Los jefes y los soldados han admitido que ha habido muchos piropos y ninguna novatada.
Las alumnas reconocieron estar sorprendidas por el grado de aceptación que han tenido entre el personal masculino en medio de un clima de normalidad. Esta sensación de normalidad fue resaltada por el director de la Academia, el coronel Eduardo Bonelli, cuando dijo que "son unas alumnas más". Sobre la existencia de piropos mutuos, el jefe de enseñanza, el comandante Epifanio Artigas, no negó ser un enamorado de ellos, aunque también insinuó que "un piropo aquí estaría fuera de lugar". A pesar de ello, no se han establecido normas concretas de comportamiento o prohibiciones específicas.
El director de la Academia se mostró categórico ante la pregunta de cómo había previsto regular la posibles relaciones amorosas entre alumnos y alumnas. "Aquí se viene a aprender y quien quiera dedicarse a cosas extras estará fuera de lo programado. Fuera del recinto militar pueden hacer lo que quieran porque son personas normales", dijo. Una alumna intervino: "Todas somos mayorcitas para saber comportarnos".
Las alumnas, de edades comprendidas entre los 20 y 29 años, se presentaron ante los medios informativos con el uniforme de paseo, con el pelo recogido y discretamente maquilladas. Sus rostros sonrientes contrastaban, sin embargo, con los de sus compañeros de promoción, que reflejaban el cansancio de las primeras sesiones de instrucción. No faltó quien acusó a las alumnas de ser "unas enchufadas".
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