Julio Iglesias cumplió sus deseos

Finalmente Julio Iglesias alcanzó su deseo de llenar y triunfar por segunda vez en el Camp Nou. El estadio del F. C. Barcelona lució lleno a rebosar para que Iglesias pudiera despedir su gira veraniega en olores de multitud.

Una multitud formada por 70.000 cuerpos alborozados que se deshicieron una y otra vez en gritos y aplausos, que encendieron bengalas e intentaron seguir el ritmo con palmas, pero siempre de forma educada, sin muestras de histeria o desmelene. Otra actitud no hubiera correspondido con las cualidades de lirismo e intimidad que Iglesias desea imprimir la sus palabras.

En el césped del Nou Camp, cubierto por una gruesa moqueta roja en un vano intento de preservar algo de su integridad para los próximos partidos de Liga, no se agolparen ni tantos ni tan importantes famosos como se preveía. Eso si unas amables azafatas, perfectamente uniformadas, acompañaba a cada espectador hasta cada una de las 6.900 butacas colocadas para la ocasión, añadiendo un punto más de distanciamiento con los macroconciertos al uso. Iglesias convirtió el Nou Camp en un teatro grande y presentó un espectáculo de teatro, es decir, sin importantes despliegues de luminotecnia ni efectos especiales. El concierto es él, quieto y estático en el centro del escenario, su magnetismo personal corre con el peso del espectáculo y sus músicos sólo contribuyen a que el respaldo musical tenga categoría, en especial con la contribución bucal de sus tres encantadoras coristas.

Repaso a los éxitos

Iglesias presentó en Barcelona el mismo repertorio que ha llenado el resto de sus conciertos españoles. Utilizando, incluso, las mismas presentaciones y los mismos chistes que amenizaron su reciente y malogrado recital en Peralada. Un concierto marcado por el repaso a sus grandes éxitos y algunos estándares latinos, en el que se encontró a faltar una selección más amplia del material que llena su reciente elepé en inglés Non stop. Por supuesto que Iglesias cantó en inglés, y, demostró así sus evidentes progresos de dicción y pronunciación, pero menos de lo esperado. El idioma base fue el castellano con mínimas incursiones al francés y al gallego.Cuando el concierto estaba en su recta final Iglesias abordó la rítmica versión de Amor, amor palmeada por el público de forma generalizada. A partir de ahí los ánimos de la concurrencia ya no decayeron y los gritos de ¡Julio, Julio! interrumpieron canciones y solicitaron bises. Hacia la medianoche, cuando ya se llevaban 2 horas y 15 minutos de concierto, el cantante comenzó su traca final con Hey!, seguido de Me va, me va que fueron coreadas por la mayoría de los asistentes puestos de pie. La apoteosis de Julio Iglesias en Barcelona que finalizó en compañía del ya famoso Cobi: "Nuestra mascota, la mascota de los catalanes y de todos los españoles".

Amor te llevo dentro, un Barcelona no te rajes preparado para la ocasión y con su correspondiente Que linda es Cataluña, palabra de honor, Oe, oe y una nueva versión de Amor, amor cerraron más de dos horas y media de concierto, un éxito que rriarcará un hilo. Julio Iglesias triunfando rotundamente entre su público. Triunfó captado por las cámaras de TVE y enviado a diversos países a través de la red de Eurovisión como muestra irrefútable de que Julio Iglesias también es profeta en su tierra, como mínitrio entro los 70.000 barceloneses que acudieron a la cita y se dejaron seducir.