Los soldados que mataron a tres miembros del IRA en Gibraltar declararán con el rostro tapado
Los siete miembros del grupo antiterrorista del Ejército británico SAS (Servicio Aéreo Especial), que participaron el pasado 6 de marzo en la muerte de tres miembros del IRA en Gibraltar, declararán próximamente ante un jurado con los rostros tapados. La Corte Suprema del Peñón comenzó ayer la investigación judicial para determinar si se abre un proceso criminal contra los implicados. El tribunal analizará durante las próximas cuatro semanas más de 70 testimonios, algunos de los cuales aseguran que los tres miembros del IRA fueron tiroteados cuando estaban tendidos en el suelo.
Los terroristas habían llegado a Gibraltar, procedentes de España, para cometer un atentado contra el Royal Anglian Regiment, que con anterioridad había estado de guarnición en Irlanda del Norte.La comparecencia de los siete miembros del SAS en la investigación ordenada por el juez Félix Pizarello no se producirá antes de dos semanas, según medios cercanos al tribunal. La presencia de los soldados británicos ante el jurado fue confirmada ayer en Gibraltar durante el desarrollo de la vista por el abogado que defiende los intereses del ejército británico en el proceso y había sido adelantada un día antes por una fuente gubernamental británica.
Según versiones sin confirmar, los siete miembros del SAS se encuentran ya en Gibraltar, a la espera de ser convocados por el tribunal. De acuerdo con esas fuentes, los soldados habrían llegado a bordo de un avión Hércules y estarían alojados en un acuartelamiento de Gibraltar. Cuando vayan a declarar, nadie entre el público podrá ver sus rostros. Se ha montado también un dispositivo para que en su llegada hasta el edificio del tribunal no puedan ser vistos por nadie. Furgonetas con cristales opacos forman parte de ese dispositivo.
Primeros testimonios
El tribunal que preside el magistrado Félix Pizarello comenzó ayer a escuchar los primeros testimonios. Un jurado compuesto por once hombres deberá decidir si la justicia gibraltareña abre un proceso criminal, si se trata de una muerte accidental o si procede un "veredicto abierto", en cuyo caso el asunto será remitido a los tribunales de la metrópoli.La vista comenzó con una intervención del abogado que representa los intereses de los muertos en la acción del SAS, Patrick McGrory, de Belfast, que acusó al Gobierno británico y a algunos medios de comunicación de ese país de querer convertir a héroes a los miembros del comando antiterrorista.
La sombra de un atentado planea sobre el desarrollo del proceso. Se han adoptado medidas excepcionales de seguridad, como el corte al tráfico rodado de las inmediaciones de la sala del tribunal. Todas las personas que acceden a la Corte son cacheadas con medios electrónicos.
La noticia de la comparecencia de los siete soldados británicos fue anunciada, de manera oficial, por el abogado del SAS, Michael Hucker, quien manifestó que estaban dispuestos a comparecer tan pronto como se nombrara a un jurado, informa .
Con anterioridad, el abogado Patrick McGrory preguntaba si un jurado gibraltareño podía ser imparcial, al estar tan cerca de los acontecimientos dramáticos recién vividos en el Peñón. El juez Félix Pizzarello rechazó la petición de McGrory y nombró a un jurado de 11 residentes en Gibraltar -ocho gibraltareños, dos hindúes y un inglés-
Durante la primera jornada, tres testigos declararon ante el juez y jurado. Un funcionario del Gobierno de Gibraltar mostró unos planos del Peñón que enseñan una amplia zona, desde el Inces Hall donde los activistas del IRA aparcaron un supuesto coche bomba hasta una gasolinera en Winston Churchill Avenue, en una carretera que termina en la verja fronteriza, donde los tres miembros del IRA fueron abatidos a tiros por el equipo SAS.
Otros dos testigos policiales presentaron pruebas materiales, tal como fotografías tomadas media hora después de las muertes y una interminable lista de artículos de vestir y efectos personales que pertenecían a los tres miembros del IRA, Mairead Farrell, Dan McCann y Sean Savage. En un patio adyacente al edificio del Tribunal Supremo, donde se celebra la vista, ha sido introducido el supuesto coche bomba, uno de tres coches alquilados por el IRA en España.
El Gobierno británico, por su abogado John Laws, subrayó que los ministerios de Defensa e Interior aludían a la necesidad de proteger los métodos utilizados por los servicios secretos así como detalles del equipo que usan. Según se comenta en círculos británicos, Londres quedaría satisfecha con un veredicto de muerte justificada, aunque las familias de los activistas del IRA buscan una condena de asesinato.
En la sesión de ayer, el juez Pizzarello pidió al jurado que llegaran a un veredicto basado en la evidencia que se va a presentar durante la investigación y no influenciado por los medios de información, y detalló los diferentes veredictos que son permisibles dentro de una investigación de esta índole, tal como muerte por accidente, muerte justificada y muerte Ilegal.
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