Kendalf Moranville,

vicealmirante y comandante en jefe de la VI Flota de Estados Unidos, acabó bruscamente su brillante carrera tras utilizar un avión militar para sus aventuras amorosas. Al marino, que iba a ser nombrado vicecomandante de las operaciones navales norteamericanas, no le importó exhibirse en un avión militar junto a su amiga italiana, cuyo nombre permanece en secreto. Moranville presentó recurso antes de que el tribunal que juzgaba su caso emitiese veredicto y pidió la jubilación anticipada. Pero el recurso fue rechazado por su superior, el almirante Carliste Trost, quien además le degradó a contralmirante, ya que "hubiera sido inoportuno jubilarlo con su grado actual".