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Lech Walesa consigue poner fin a las huelgas y anuncia "días felices" para Polonia

Todas las huelgas que desde hace casi tres semanas sacudían Polonia concluyeron ayer al secundar los huelguistas el llamamiento del líder del sindicato ilegal Solidaridad, Lech Walesa. Este declaró ayer que "Ias dificultades por las que atraviesa Polonia pueden dar paso a días felices. Creo que tenemos una gran oportunidad para que mañana se pueda vivir mejor", manifestó. Aún no hay fecha para el comienzo de la mesa redonda entre el régimen y las fuerzas sociales anunciada por el Gobierno y acordada entre el ministro del Interior, Czeslaw Kiszczak, y Walesa el pasado miércoles.

Algunas fuentes en Varsovia señalaban ayer que podría tardarse algunas semanas en convocarse las negociaciones. Otras las anunciaban como inminentes y aseguraban que Walesa viajará el lunes de nuevo a Varsovia.Tras casi tres semanas de grave tensión, Walesa hizo ayer unas declaraciones optimistas. Por primera vez, las expectativas de diálogo entre el régimen y la oposición son buenas, con un Walesa reforzado por la desconvocatoria de las huelgas y una dirección del partido que puede aludir al papel conciliante de Walesa para replicar a las voces críticas en el seno del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP, comunista).

Toda la cúpula del partido se ha lanzado a una campaña para explicar a sus bases el cambio de actitud hacia Walesa, que ha sido recibido con fuertes críticas en el sector más inmovilista. "La base del partido no sabe ya a qué atenerse", afirmaba un obrero en el órgano oficial Trybuna Ludu. El buró político en pleno viaja estos días por el país para dialogar con las agrupaciones del partido en fábricas y ciudades y explicar la necesidad de reabrir el diálogo con Solidaridad, que en muchos casos no es entendida.

Pluralismo sin anarquía

En una entrevista con parlamentarios austriacos de visita en Polonia, Walesa manifestó que la oposición ha aprendido del pasado y que hay que encontrar vías hacia el pluralismo "que no lleven a la anarquía". "En la mesa redonda", añadió, "habrá que hacer compromisos que estén dentro de las posibilidades de Polonia. La sociedad polaca quiere el pluralismo y debe tener la posibilidad de organizarse en asociaciones económicas, sociales y políticas". Las referencias a las posibilidades de Polonia parecen una advertencia a sus seguidores a no plantear exigencias maximalistas y provocar así la alarma de los comunistas polacos y de los aliados de Polonia. "No somos una isla solitaria: vivimos en el centro de Europa. Creo que, tras estos siete años, todo el mundo ha comprendido que sólo el entendimiento sobre bases sanas puede abrir un futuro mejor. Los problemas de Polonia deben entenderse tanto dentro como fuera de ella; esto nos hará más fácil actuar y resolver los problemas".Pese a una fuerte oposición de algunos grupos radicalizados, Walesa logró ayer poner fin a la protesta en el puerto de Szczecin y en la mina Manifest Lipcowy, en Silesia, y apuntarse un importante éxito con vistas a las negociaciones con el régimen. Los trabajadores han vuelto al trabajo sin más condiciones que la garantía de que no sufrirán represalias y han delegado en Walesa la negociación sobre la legalización de Solidaridad y el pluralismo sindical.

Más de 12 horas necesitó Walesa para convencer a los mineros de que debían poner fin a la huelga para dar vía libre a la mesa redonda que elaborará las condiciones de participación de la oposición en la vida política. Como en el puerto de Szczecin, había sectores de los huelguistas que acusaban a Walesa de haber salido con las manos vacías de su encuentro con el ministro del Interior.

La Iglesia, que ha desempeñado un papel clave en el establecimiento de estos primeros contactos oficiales entre el Gobierno y Solidaridad en siete años, se ha erigido en garante de la gestión de Walesa.

Walesa dijo ayer que no había ido a la huelga por la mera satisfacción de hacerla: "Hemos hecho las huelgas para no tenerlas que hacer mañana o pasado mañana. He querido minimizar las pérdidas y empujar al mismo tiempo a Polonia hacia las reformas y el entendimiento. Algunos dicen que todavía no ha llegado la hora de la democracia y de los sindicatos porque la situación económica es muy mala. Las cosas han ido tan lejos y su estado es tan malo que es precisamente la democracia y el pluralismo lo que más necesitamos".

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