Alcorcón y Leganés se oponen a la instalación de un campamento para gitanos junto a sus términos municipales

La creación de un campamento provisional para familias marginadas, en su mayoría gitanas, en unos terremos situados en el límite suroeste del término municipal de Madrid, ha abierto una polémica entre el Consorcio para el Realojamiento de la Población Marginada y los ayuntamientos de Alcorcón y Leganés. Los responsables de estas corporaciones se oponen a la construcción de las 80 viviendas prefabricadas previstas porque consideran que el lugar elegido, un descampado lindante con sus municipios, no es adecuado. En el Consorcio reconocen que el terreno, cedido por el Ayuntamiento de Madrid, no es el mejor, pero aseguran que la oposición de los alcaldes tiene tintes racistas, "porque no quieren tener gitanos cerca".La oposición a este proyecto se puso de manifiesto el pasado día 8 de agosto, cuando el alcalde accidental de Alcorcón, Jesús Salvador Bedmar, tuvo conocimiento de que se habían iniciado las obras del campamento. Bedmar remitió entonces varios escritos a distintas instancias del Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad Autónoma y la administración central solicitando un cambio de emplazamiento que no vulnerara sus intereses.

Racismo soterrado

Según Rosa Molina, responsable del área social del Consorcio, los alcaldes reclamaron a la Gerencia de Urbanismo "porque decían que el campamento afectaba a algunos de sus proyectos municipales. Sin embargo, Gerencia les contestó que no afectaba en nada a sus planes". "Lo que pasa es que hay un racismo soterrado increíble, lo que no quieren es tener gitanos viviendo cerca", añade. Los alcaldes niegan que su oposición al campamento se deba a la población a la que está destinado.Los responsables de los ayuntamientos de Alcorcón y Leganés han criticado, además, la postura adoptada por el Ayuntamiento de Madrid al ceder los terrenos "de forma unilateral y sin consultarnos". Consideran que cualquier obra en las zonas limítrofes con sus términos municipales tiene que contar con su aprobación.

El campamento, destinado fundamentalmente a familias seminómadas, se ubicará en el límite del término municipal de Madrid, detrás de la Escuela de Transmisiones del Ejército del Aire de Cuatro Vientos, y en el margen izquierdo de un camino rural que lleva hasta el barrio de La Fortuna, de Leganés, una de las zonas más deprimidas de la localidad. Esta zona dista escasos metros de la finca Las Presillas, donde el Ayuntamiento de Alcorcón pretende crear un parque natural.

La cercanía con esta finca, de 450.000 metros cuadrados y con una gran masa boscosa, es una de las razones del alcalde de Alcorcón, José Aranda, para oponerse al campamento provisional: "No es el lugar más idóneo para construir viviendas de ningún tipo porque degradan el ecosistema".

Rosa Molina coincide con los responsables municipales de Alcorcón y Leganés en que el terreno elegido no es el más adecuado, "porque queda aislado, rodeado de instalaciones militares, sin entrada por la carretera de Extremadura y con un acceso bastante complicado".

El campamento, cuya coristrucción está ahora mismo paralizada, constará, cuando esté terminado, de 80 viviendas prefabricadas, en cuya construcción se invertirán unos 100 millones de pesetas. Contará, además, con un centro cívico que incluirá un equipo de trabajo social y una guardería. Las previsiones del Consorcio son que el asentamiento esté terminado a finales de este año.