España, dispuesta a prestar "ayuda técnica"

Francisco Fernández Ordóñez, ministro español de Asuntos Exteriores, expresó ayer la "satisfacción y alegría" de su Gobierno ante la "muy buena noticia del acuerdo de Marruecos y el Frente Polisario al plan de paz de Pérez de Cuéllar". El ministro ofreció "ayuda técnica y accesoria" de su Gobierno para la aplicación del compromiso pacificador.Ordóñez subrayó que es la primera vez que ambas partes aceptan un plan de paz desde que España abandonó sus responsabilidades en el Sáhara Occidental en l975". Expresó también los deseos del Gobierno español de que el referéndum se celebre con las necesarias garantías y el consenso de las dos partes. Según Fernández Ordóñez, el acuerdo alcanzado ayer supone "un avance inicial considerable". Sin embargo, reconoce que "se está en la primera fase de un proceso que debe tener como objetivo un consenso final de ambas partes".

En cuanto al papel a jugar por España en la nueva fase del proceso, excluyó categóricamente la posibilidad de que ésta alcance el nivel de una mediación entre saharauis y marroquíes. El jefe de la diplomacia española recalcó, en este sentido, que la aportación de Madrid a la celebración del referéndum de autodeterminaci -que queda condicionada a una petición las dos partes interesadas- será de carácter exclusivamente "técnico y accesorio".

El ministro subrayó el apoyo dado por España a las iniciativas de paz en el Sáhara Occidental y al desarrollo de un referéndum de autodeterminación bajo los auspicios de la ONU. Recordó su encuentro con Pérez de Cuéllar para discutir la situación de la ex colonia española realizado hace tres meses en Nueva York, y señaló que espera que se repita dentro de dos semanas en la misma ciudad con ocasión de la reunión de la Asamblea General de la ONU.

El ministro declinó hacer comentarios sobre la posibilidad de que el Gobierno español normalice sus relaciones con el Frente Polisario, que quedaron rotas en 1985 tras el ametrallamiento por parte de los independentistas de dos barcos españoles y la expulsión de los miembros de la representación saharaui en Madrid.