300 fármacos para triunfar en la vida

Las librerías francesas venden desde ayer un pequeño manual destinado a levantar la polémica y a romper algunos tabúes sobre la automedicación y la ingestión de estimulantes. Bajo el título de Trescientos medicamentos para superarse física e intelectualmente, un colectivo de médicos ha escrito una guía de fármacos para las personas "que sienten legítimamente el deseo de mejorar su rendimiento físico e intelectual o combatir la fatiga y el estrés inherente a la vida moderna". El ministro francés de Sanidad, Claude Evin, ha anunciado una investigación judicial sobre este libro, que constituye en su opinión "un atentado para la salud pública".

Por su parte, los autores del libro reivindican el "derecho a los estimulantes" y atacan a los "poseedores del poder médico", que guardan celosamente los secretos de utilización de muchos fármacos.El manual de doping se sitúa en la misma línea que el manual para suicidas, que hizo furor hace un par de años y desencadenó una considerable polémica sobre el derecho a quitarse la propia vida. Según los primeros comentarios aparecidos en la Prensa francesa, este libro constituye "una auténtica infracción a las reglas de la salud pública". Las autoridades sanitarias estaban pendientes ayer de la aparición del libro para decidir la actitud a tomar. Sus autores, cubiertos por el anonimato, no han realizado declaraciones y únicamente el editor, André Balland, ha asegurado que está muy tranquilo y preparado para defenderse.

El manual ofrece una curiosa mezcla de ideas pertenecientes a la tradición antiinstitucional derivada de mayo de 1968 con otras propias de la sociedad más ferozmente competitiva. Se ataca al poder médico, se reivindica el derecho a estar informado y se denuncia la hipocresía de una sociedad en la que numerosas personas usan estimulantes, principalmente entre las élites políticas, empresariales o intelectuales, pero se evita cuidadosamente su reconocimiento. Pero, por otra parte, se asegura que "vivimos en un mundo sin piedad, en el que ser el más fuerte, el más espabilado, el más astuto, el más inteligente, el más rápido, pero también el más resistente, se ha convertido en condición necesaria, si no suficiente, para tener éxito o simplemente para aguantar". Por ello, el uso de estimulantes y tonificantes se ha convertido frecuentemente, según los autores del libro, en indispensable. "No hace falta únicamente participar, como proclamaba Pierre de Coubertin, sino que hay que triunfar, dominar, aplastar al adversario y subir al pódium", aseguran.

'Doparse' no es drogarse

Este curioso manual ataca, sin embargo, el doping deportivo y la drogodependencia y asegura que "utilizar estimulantes a sabiendas, bajo consejo médico o por propia iniciativa, no significa convertirse en toxicómano o drogado". Un capítulo entero, Doparse no es drogarse, explica la diferencia entre esflinulantes y drogas y ofrece la clasificación de fármacos recomendados: vitaminas, sales minerales y oligoelementos, fortificantes, estimulantes cerebrales, estimulantes respiratorios y cardiovasculares, betabloqueadores y hormonas anabolizantes.El libro recomienda además un total de 37 estimulantes sexuales. Cada una de estas sustancias es objeto de una detallada explicación sobre su utilidad. Los betabloqueadores, por ejemplo, sirven para eliminar el miedo cuando "hay que tomar el avión, recorrer calles oscuras, responder a un examinador, presentarse a una entrevista para un trabajo, pronunciar un discurso, ligarse a una chica estupenda o hablar a un desconocido simpático".

Cada uno de los 300 medicamentos recomendados recibe una clasificación, desde cero hasta tres estrellas, según su eficacia. La ficha contiene las indicaciones, las condiciones de venta (muchos fármacos en venta libre se hallan en la lista) y la dosificación. Entre ellos se halla un producto tan sencillo como la aspirina vitaminada, que resuelve "la fatiga, calma la resaca, elimina los dolores, distiende los músculos, euforiza, reduce la ansiedad, facilita el riego sanguíneo y previene el infarto". Los autores concluyen que no existe, sin embargo el dopante ideal que resuelva todos los problemas.