Escasos presupuestos y descoordinación hospitalaria impiden resolver la falta de sangre en Madrid
La crisis hospitalaria que ha provocado en agosto la escasez de sangre en Madrid no podrá ser resuelta, pese a que es una crisis cantada año tras año, mientras la Administración estatal no incremente el presupuesto dedicado a las campañas de concienciación ciudadana y a la dotación de medios, según la Hermandad de Donantes. Ayer había en la ciudad sólo 1.300 bolsas de sangre, cuando la reserva normal para Madrid es de 8.000 bolsas.
En medios hospitalarios se considera urgente que la Comunidad de Madrid ponga en servicio un centro regional para coordinar las donaciones.Los llamamientos para tratar de paliar la desastrosa situación de las reservas de sangre no han podido evitar que de las 2.000 unidades de tipo A positivo que se necesitan ayer no hubiera en toda la comunidad nada más que 280. El grupo 0 positivo no estaba mejor servido: 300 sobre un mínimo de 2.000. En el Instituto Nacional de Hematología, encargado del suministro de plasma a todas las clínicas privadas de Madrid, quedaban sólo 12 bolsas.
Las reservas del hospital Puerta de Hierro, especializado en trasplantes, empeoran por momentos: ayer disponía de sólo 48 bolsas de plasma sanguíneo. El lunes se llevó a cabo un trasplante de hígado que requirió 70 unidades. La situación se ha deteriorado hasta el punto de que más de la mitad de la sangre que utiliza procede de la donación intrahospitalaria -familiares, personal médico y donantes específicos del centro-, cuando la cifra normal es de un 10%.
Ante la gravedad del problema, el Instituto Nacional de la Salud (Insalud) recomendó ayer que los pacientes que tengan programada una operación quirúrgica, y sus familiares, para estas fechas donen su propia sangre unos días antes de la intervención.
En Madrid se precisaría un ritmo de donaciones de 500 unidades diarias, pero en estos días sólo se están recogiendo entre 200 y 300. Con los llamamientos se ha logrado incrementar la cifra en un centenar de bolsas, lo que resulta insuficiente, ya que son inmediatamente absorbidas por las operaciones programadas. Como los depósitos de unidades de plasma están ya bajo mínimos, no hay visos de solución.
Para Juan Antonio Gallego, de la Hermandad de Donantes de Sangre, una campaña urgente de concienciación en estos días "sería tirar el dinero y el tiempo". Lo que se necesita es una campaña permanente durante todo el año, con un especial bombardeo televisivo en los días inmediatamente anteriores a las vacaciones. Pero para ello se necesitan unos recursos de los que no se dispone. "Con más medios sí se podría con el problema, pero la Administración tendría que implicarse y participar más".
Con los medios actualmente disponibles, la sangre se conserva un máximo de 35 días. Ello hace imprescindible mejorar los medios de conservación y ampliar y potenciar el sistema de recogida. "Pero mientras la comunidad no abra el centro regional de donación de sangre, para centralizar y coordinar las donaciones, no será posible solucionar el problema", asegura Gallego. Se da la paradójica situación de que algún centro tiene sangre de un tipo y carece de otro, justo al contrario que otro hospital. Entre los dos podrían tener cubiertas sus necesidades, pero la descoordinación provoca que ninguno de los dos pueda desarrollar sus programas no urgentes por falta de plasma.
La situación alcanzará su máxima gravedad, según Juan Antonio Gallego, no durante la operación retorno, sino la semana posterior. Como las únicas intervenciones que no sufren retrasos son las urgentes y las causadas por accidentes, cuando finalice la operación retorno podría llegarse al colapso hospitalario por agotamiento de las reservas de plasma.
Los expertos no eximen de responsabilidad a los ciudadanos, a los que atribuyen una escasa sensibilidad. "La gente olvida el problema rápidamente y se queda tranquila, como si se hubiera resuelto", explica el doctor Pintado Cros, del hospital Gregorio Marañón.
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