El 'caso Brouard', un sumario de paso
Seis jueces han intervenido en la investigación del asesinato del dirigente independentista
Seis jueces se han sucedido durante tres años y medio en la instrucción del sumario 101/84, referente al asesinato del dirigente independentista vasco Santiago Brouard. El desfile continuará. No es una circunstancia infrecuente en Euskadi. En la Audiencia de Bilbao se da por hecho el traslado de quien ocupa ahora el Juzgado de Instrucción número 1 sin haber dispuesto apenas del tiempo necesario para conocer una enrevesada y dificil investigación que ocupa 2.000 folios. No es extraño que quien mejor conozca el sumario sea la juez suplente, María Elisabeth Huerta.
El 20 de noviembre de 1984, a media tarde, Brouard caía en su consulta de pediatría de Bilbao, mientras atendía a una niña, abatido por dos hombres que le dispararon a cara descubierta seis balazos. Las diligencias correspondieron al Juzgado número 1, de guardia en aquella fecha. Por alguna circunstancia, el juez que inició las diligencias era distinto al titular. El juez del número 1, Arturo González Yagüe, se hizo cargo del sumario días después. Había tomado posesión el 23 de agosto anterior. Era la culminación de su carrera en juzgados de distrito, un verdadero salto para un profesional más acostumbrado a los asuntos de menor cuantía.González Yagüe no abrió líneas propias de investigación aunque aceptó las que proponía el letrado de la acusación particular, Txema Montero, en nombre de la familia Brouard.
El momento culminante de su trabajo en el caso llegó el 7 de febrero de 1986, cuando acompañado del fiscal Hernández Villaroya y del letrado Montero tomó declaración a un hombre procedente de la prisión de Carabanchel. Se llamaba Juan José Rodríguez Díaz, aunque sus amigos le conocen como el Francés, y declaraba como profesión el tráfico de armas al por menor.
En presencia de los tres juristas, el Francés reconoció tranquilamente haber introducido en España de forma clandestina la carabina y la pistola encontradas junto a la consulta de Brouard tras el atentado.
Rodríguez Díaz aportó detalles sobre las manipulaciones efectuadas en las armas para borrar los números, de serie. Reconoció también habérselas entregado antes del asesinato de Bilbao, con sus correspondientes silenciadores y municiones, a su amigo Alberto Granados Céspedes, un heroinómano y confidente policial asesinado el 15 de agosto de 1985 en Madrid por su cuñado, Miguel Ángel López Ocaña. González Yagüe abandonó el juzgado a mediados de abril de 1986, al ser nombrado magistrado.
La magistrada Huerta
Este ascenso dio paso a la primera intervención de la magistrada María Elisabeth Huerta en el sumario, durante 50 días. Como titular del Juzgado número 3, Huerta debe atender los asuntos del número 1 mientras éste se encuentra vacante. Por tal razón, ha dirigido la investigación del caso Brouard en cuatro momentos sucesivos y se ha convertido en la mejor conocedora del sumario. Algunas pruebas practicadas durante sus períodos de suplencia pueden resultar trascendentales.El tercer juez, José Antonio Soto García, toma posesión el 6 de junio siguiente. Su estancia en Bilbao fue efimera -tres meses y dos días- y en la Audiencia es recordado como un ilustre desconocido.
La segunda intervención de la juez Huerta fue más breve que la anterior, 25 días, pero igual de activa. El 3 de octubre llegó al juzgado Eduardo Herrero Casanova. El nuevo titular anuncia su intención de solicitar el traslado en cuanto encuentre otra plaza, pero en los seis meses y medio que dura su estancia en Bilbao causa asombro su dedicación.
Herrero volvió a tomar declaración a Rodríguez Díaz y ordenó su procesamiento, que confirmó antes de partir hacia el Juzgado número 6 de Málaga, en marzo siguiente. La nueva suplencia de la juez Huerta duró sólo 12 días.
El último juez que ha intervenido en el sumario hasta el momento es el asturiano Julio García-Braga. Durante más de un año tuvo la oportunidad de dirigir el tramo más espectacular y menos eficaz de la instrucción, gracias a la irrupción arrolladora en el caso de un nuevo letrado, José Emilio Rodríguez Menéndez, encargado de la defensa de el Francés.
Su estrategia parece orientada a quemar etapas hasta el próximo septiembre, cuando su cliente cumplirá dos años de prisión provisional. En ese momento debe quedar en libertad provisional, salvo que el juez ordene una prórroga.
García-Braga abandonó el Juzgado número 1 de Bilbao el 30 de abril pasado con síntomas de alivio. Para entonces, había atendido la demanda de Montero, apoyada por el fiscal, para que se declarara secreto el sumario. Esta situación aún continúa. La cuarta suplencia de la juez Huerta dura en esta ocasión 12 días. A los anteriores titulares les sucede al frente del juzgado otra mujer, Manuela Francisca Fernández Prado.
Nada más tomar posesión de su nuevo destino el pasado 15 de junio, Fernández Prado, la sexta juez, se trasladó a Madrid para participar en un curso de especialización en el orden judicial de menores. Cuando regrese a Bilbao tras las vacaciones accederá previsiblemente a una plaza en esta jurisdicción especializada. El juzgado quedará de nuevo vacante.
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