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La protesta laboral en Polonia se extiende a la gran mina 'Andalucía'

Las huelgas no cesan de multiplicarse desde hace tres días en Polonia, lo que ha provocado, por el carácter netamente político del movimiento de protesta, una situación de incertidumbre. La oleada de protestas llegó ayer a la gran mina Andalucía de Piekary Slaskie, cerca de Katowice, capital de la Alta Silesia, en el sur del país. Unos 2.000 mineros de esta explotación se unieron al paro, entre cuyas reivindicaciones figura la legalización del sindicato Solidaridad, que dirige el premio Nobel de la Paz Lech Walesa.Las autoridades polacas amenazaron ayer a los huelguistas con "graves sanciones, incluido el despido" si no cesan en su actitud y les recuerda que la huelga está prohibida y todas las reivindileaciones deben hacerse a través de los sindicatos oficiales.

Los trabajadores de una segunda mina de Jastrzebie, la Moszcz, cesaron igualmente toda actividad aryer por la mañana. En la otra gran explotación de esta localidad, Manifest L¡pcowy, en la que se inició el conflicto el Iiines por la noche, unos 4.000 rriineros siguen ocupando la instalación, desde el interior de la rnisma. Según la agencia de Presa polaca PAP, las negociaciones ernprendidas el Pasado miércoles entre la dirección y el comité de huelga elegido el martes se han interrumpido, tras Pormular los trabajadores nuevas exigencias que la dirección de la empresa consideró inaceptables.

La efervescencia se extendió el miércoles al norte del país. Unos 2.000 trabajadores portuarios paralizan, desde ese día, las actividades del gran puerto marítimo de Szczecin, donde también paró una gran parte de los transportes públicos.

Las direcciones locales de Solidaridad en Alta Silesla y Szczecin han lanzado un liamamiento a los trabajadores para que adopten "acciones" de apoyo a los obreros en huelga. En todos los lugares en que ha prendido la protesta, se exige, además de auraentos salariales y mejoras laborales, el reconocimiento legal de Solidarldad, único movimiento sindical reconocido (en 1980) en un país del bloque comunista, si bien fue puesto fuera de la ley tras la implantación de la ley marcial, en diciembre de 1981.

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